Según dos nuevos estudios, las poblaciones de grandes tiburones blancos se están recuperando tras años de disminución a causa de la pesca en las costas norteamericanas.
Los investigadores atribuyen el cambio de tendencia a las leyes puestas en marcha en los 90 para proteger este animal, y muchos otros mamíferos marinos de los que se alimentan. La regulación respondía a la disminución de las poblaciones de gran tiburón blanco entre las décadas de los 70 y los 80, cuando la pesca comercial y deportiva pasó factura a la especie.
George Burgess, del programa sobre investigación de tiburones del Museo de Historia Natural de Florida que participó en ambos estudios, afirma que se trata de una excelente noticia, aunque reconoce que no significa que se hayan recuperado del todo. Los tiburones blancos necesitan años para alcanzar la mayoría sexual y las hembras tienen que medir casi cinco metros de largo. Los embarazos duran entre 12 y 18 meses y tras tener a sus crías (entre 2 y 14 de una vez), debe pasar un año antes de volver a quedarse embarazadas, por lo que se trata de un proceso lento.
La reciente recuperación es el resultado de una combinación de datos anecdóticos y científicos recopilados en un estudio liderado por la Administración Oceánica y Atmosférica norteamericana sobre el gran tiburón blanco en el Atlántico Norte. Para ello, los expertos analizaron encuestas científicas, programas de pesca comercial, torneos deportivos y artículos publicados entre 1800 y 2010.
Al final resultó imposible establecer un número redondo de ejemplares de grandes tiburones blancos en la costa este de Estados Unidos, pero el equipo confirmó que tras un descenso significativo durante las décadas de los 70 y los 80, sus poblaciones comenzaron a aumentar en los 90 y la tendencia se ha mantenido estable desde entonces.
Resultados parecidos se observan en la costa oeste. Cuando los científicos evaluaron los datos de un estudio de 2011 de la costa central de California, calcularon que hay unos 2 400 tiburones adultos de esta especie, quizá incluso más. Los estudios anteriores hablaban de 219.
A pesar de las buenas noticias, Burgess se muestra cauto. En primer lugar, las poblaciones de la costa este no han experimentado una recuperación tan positiva como los de la costa oeste, donde el aumento ha sido más rápido, aunque, reconoce, históricamente ha habido más presión y actividad pesquera en la costa este.
El objetivo último, según el experto, es «conseguir que las demás especies de tiburones y rayas se sumen a esta tendencia».
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