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viernes, 23 de mayo de 2014

Se declara en bancarrota un sacerdote emitió 310 cheques sin fondo

El sacerdote Osvaldo Bufarini, ex presidente de Cáritas Rosario, se presentó en bancarrota tras librar más de 310 cheques sin fondos. Un caso que podría pasar a la justicia penal.



Mi realidad está en las antípodas del reino del Señor. Bajé como Dante hasta el mismísimo averno y dejé en su pórtico todas mis esperanzas." La frase con tono bíblico forma parte de la denuncia de una quiebra que hizo el ex titular de Cáritas de Rosario, el sacerdote Osvaldo Bufarini. Este religioso, que fue separado de la administración parroquial, es uno de los protagonistas de la trama que investiga el Vaticano en el Arzobispado de Rosario, donde la mirada de la Santa Sede se posó en presuntas "desprolijidades" en el manejo de los fondos de la arquidiócesis.

El Vaticano había ordenado una investigación en el Arzobispado de Rosario, a cargo de monseñor José Luis Mollaghan. La auditoría fue enviada a la Santa Sede a fines de diciembre pasado, según confirmó al diario La Nación monseñor José María Arancibia.

Bufarini está recluido en una casa de la capilla San Francisco Javier en el barrio de La Tablada, en la zona sur de Rosario. Luego de que trascendiera la "visita fraterna" que hizo en dos oportunidades entre noviembre y diciembre el obispo emérito de Mendoza José María Arancibia, surgieron versiones periodísticas que señalaban que Bufarini "se había fugado con dos millones de pesos". En diálogo con el diario La Nación el sacerdote niega la versión. "Me habían dicho que no hable. Soy un pecador, pero no un corrupto", advierte en una amplia sala despoblada de muebles en la que se destacan una imagen de la Virgen y una foto de Juan Pablo II.

El testimonio de Bufarini tiene tantos puntos grises y dudas como el pedido de quiebra que presentó el 3 de diciembre de 2012 en la justicia de Santa Fe. Allí se abrió el expediente 1095/2012 en el que el sacerdote argumenta que su estado de cesación de pagos es por haber "costeado con dinero de su bolsillo" parte de un plan de viviendas públicas en Villa Gobernador Gálvez y Arroyo Seco, dos localidades al sur de Rosario, donde se preveían construir 90 casas.

Fuentes del Arzobispado de Rosario sostienen que en la arquidiócesis descreen de ese relato que configura la defensa de Bufarini. Este tema, señalan, podría terminar en la justicia penal, con el sacerdote comprometido por el manejo de los fondos.

Ese proyecto de construcción de viviendas surgió de un convenio que firmaron el 19 de julio de 2004 el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y el entonces presidente de Cáritas monseñor Jorge Casaretto, cuyo objetivo era "proveer de vivienda digna a familias carenciadas mediante el sistema de autoconstrucción". Uno de los terrenos, en Arroyo Seco, de unas 16 hectáreas, es parte de los activos de Bufarini (escriturado a su nombre el 20 de agosto de 2008). Es probable que no sea embargado porque las 60 familias que viven allí, que no pudieron escriturar los inmuebles, quedarían en la calle.

Bufarini se hizo cargo de la coordinación y ejecución del convenio en Santa Fe. Según cuenta el sacerdote, se usaba un sistema de construcción de placas premoldeadas, que proveía la empresa Cento Constructora SRL. "Al poco tiempo, surgieron deficiencias de humedad y se deterioraron las placas y todo terminó siendo un desastre", afirma.

"La obra se fue demorando porque se cambió el sistema de construcción. Y entre octubre de 2011 y 2012, ya no hubo recursos aportados por Cáritas para afrontar las obras", señala el cura en la denuncia. A partir de este momento, aparecen las zonas grises en su relato. Porque Bufarini alega que para que las obras no se pararan decidió "absorber los gastos de materiales y mano de obra".

"Esto me ha llevado a la ruina económica y ha repercutido de manera catastrófica en mi carrera religiosa. He cesado en mis funciones como administrador parroquial y como decano del Decanato Sur, por una decisión infamante del arzobispo de Rosario y del vicario general, monseñor Emilio Cardarelli", advierte.

El ex titular de Cáritas de Rosario argumenta que "la abrupta ausencia de fondos" lo obligó "a recurrir a prestamistas de la mafia financiera que recibían cheques cobrando altísimas sumas de interés [el 10% mensual]". El religioso dice que en agosto de 2011 cuando se presentó el presupuesto de Cáritas estaban incluidos los fondos para terminar las obras, pero no los que él jura haber aportado de su bolsillo, que calcula en unos $ 400.000.

Esas deudas son las que figuran en la quiebra, pero además Bufarini carga con otros compromisos impagos, como deja traslucir su situación bancaria. Según el informe del Banco Central, Bufarini libró entre agosto y diciembre últimos 317 cheques que fueron rechazados y figuran como impagos en ese organismo. El monto es de $ 1.472.655. En agosto de 2012, Bufarini firmó 112 cheques que no tenían fondos en cuentas de los bancos Galicia, Macro y Credicoop.


El sacerdote Bufarini hizo tres denuncias por amenazas en la Justicia y dice que fue blanco de un intento de secuestro. Acusa a los "prestamistas". Incluso, una combi de la parroquia fue incendiada en la calle. 

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