Mary Almenara
Después de muchas reuniones, después de los tan cacareados tú me das yo te doy, después de tirarse los tiestos, después de renunciar a más de un plan propuesto al principio, los señores se pusieron de acuerdo aunque con algún resquemor por parte de algunos.
Ignoro si los nuevos mandamases se han enterado bien
de los problemas de los andaluces, si conocen la cantidad de parados que hay en
su comunidad: por si no lo saben les digo que rondan entre los 4.743 a los
8.284. Del mismo modo ignoro cuales son los planes que tienen todos y cada uno
de ellos para bajar esa cifra, si han pensado en la cantidad de gente que, a
consecuencia del paro, pasan hambre, que muchas de estas personas viven y
duermen en la calle y no sé si entre tanta palabrería se acordaron de mencionar
estos problemas que, como en cualquier otra comunidad, están a la orden del
día.
Me asaltan todas estas dudas pues, durante el tiempo
de la campaña electoral, no recuerdo oír hablar más que de las peticiones de
unos y otros. Los hay que “supuestamente” pretenden cambiar las leyes, pero no
para actualizarlas de acuerdo con lo que está ocurriendo con las mujeres. Por
el contrario, la que existe hoy en día, los señores de Vox pretenden borrarlas
de un plumazo. Estas y otras lindezas se
escucharon en esos días previos a las votaciones.
A todo esto Susana Diaz parece que se replegó dando
un paso atrás, cualquiera no, viendo aquella jauría que se la querían comer con
papas, como al final sucedió. Si bien considero que pasar más de cuatro años como
presidente, presidenta en este caso, es más que suficiente.
Sé que todo esto que aquí manifiesto es papel mojado,
pero me sirve para echar fuera estos malos momentos que paso al oír tanta
palabrería.
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