Si un humano no se protege convenientemente del helado clima del polo, no tardarán en aparecer los primeros síntomas de congelación. Comenzará por los extremos, las puntas de los dedos y de los pies, y después se extenderá por el resto del cuerpo.
Pero el pingüino no se congela, al pingüino no se le congelan las patas a pesar de caminar sobre el mismo hielo.
¿Cómo lo hace?
Si su sangre caliente fluyera a las patas y, a su regreso al cuerpo volviera fría, en poco tiempo la pérdida de calor a través de las patas sería tanta que, no sólo las patas, sino también el pingüino completo se congelaría.
Pero el pingüino posee un ingenioso mecanismo de intercambio de calor que soluciona el problema. Las arterias que llevan sangre caliente a las patas están rodeadas por las venas que las devuelven fría. Así que la sangre fría que retorna de las patas por las venas recoge calor de la sangre caliente que baja por las arterias.
Y gracias a este proceso de intercambio de calor, el cuerpo del pingüino se mantiene caliente y sus patas no se congelan.
www.sabercurioso.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario