La prueba, valedera para el Campeonato Autonómico de Montaña, discurrirá por la carretera GC-75 que une el casco de Moya con Fontanales.
El mundo del motor tiene una nueva e importante cita este fin de semana en las carreteras del norte de Gran Canaria, con la celebración de la décima edición de la Subida Automovilística Villa de Moya, prueba valedera para el Campeonato Disa de Montaña de Canarias y para el provincial de Las Palmas.
Un total de 90 pilotos procedentes de todo el archipiélago se han inscrito para participar en esta carrera, organizada por el Club Deportivo Azuatil con la colaboración del Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de la Villa de Moya.
La competición en sí misma comenzará el sábado por la mañana, a partir de las 08:00 horas, con la presentación de los pilotos, la foto de familia y la salida neutralizada desde el Parque Pico Lomito hasta el recinto ferial de La Fragata, donde se iniciará el tramo cronometrado de 7 kilómetros de longitud con meta en el barrio de Corvo. Las 90 monturas participantes realizarán tres pasadas al recorrido, la primera de ellas de entrenamiento y las otras dos oficiales. Se espera que la prueba finalice sobre las 14:00 horas, con la entrega de trofeos en la Plaza de Tomás Morales, justo enfrente de las oficinas municipales.
La celebración del rally obligará al cierre temporal de la carretera GC-75 desde el recinto ferial de La Fragata hasta Corvo. El tráfico hacia y desde la zona alta del municipio podrá utilizar como alternativa la carretera GC-700 que une La Fonda de Moya con Los Tilos, El Palmital y Santa Cristina.
La organización ruega a los conductores que circulen con precaución y hagan caso a las señales e indicaciones de la Guardia Civil de Tráfico.
Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil, además de los comisarios de la carrera, velarán por la seguridad del público asistente, que se espera acuda en masa a una de las pruebas automovilísticas más concurridas de la isla de Gran Canaria. No en vano a la espectacularidad del recorrido, que alberga algunas curvas ya legendarias, como las de La Josefa, la del Camino de San Fernando o la propia de Corvo donde se sitúa la línea de meta, se le une la gran afición que desde hace muchas décadas existe en la Villa de Moya por los deportes del motor en general y por el mundo de los rallies en particular.
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