Esta frase que, aunque muy repetida siempre es eficaz, lució en la pasada semana como nunca en nuestra isla, especialmente en nuestra ciudad de Telde ante la llegada de Nuestra Señora la Virgen del Pino.
En su recorrido visitó Vecindario, municipio de Santa Lucia de Tirajana, donde paseo por sus calles ante la alegría y regocijo de todos los creyentes.
Ahí permaneció dos días para, desde allí, ser trasladada a nuestra ciudad donde fue recibida con el mayor fervor posible entre vítores, aplausos y rezos.
Su estancia se prolongo hasta el día siete, siendo despedida hasta una próxima bajada desde su basílica que haría el número cincuenta y tres.
Pues según nos dicen las estadísticas, con esta bajada son cincuenta y dos las veces que ha salido de su basílica de Teror y lo hace cada veinticinco años.
Viendo y viviendo este despliegue de personas que acompañaban a la imagen en cada uno de los traslados, cabe suponer que los católicos continúan manteniendo su fe en lo que le inculcaron desde niño.
A pesar de todo no podemos obviar el caos circulatorio que se produjo en estos días pero, como dice el refrán no hay mal que cien años dure, y esta bajada de Nuestra Señora y las posteriores procesiones acompañada por nuestro Santo Cristo bien merecen un sacrificio.
María Sánchez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario