Día sí y día también nos incitan a que reciclemos separando le vidrio del papel y este de los restos orgánicos sin embargo la realidad es otra bien distinta, y para nada positiva, han sido varías las personas que me han comentado que el servicio de limpieza no recicla tal y como debiera y como lo exigen a los ciudadanos.
Siempre me mostré escéptica ante estas afirmaciones hasta hace unos días en que vi llegar al camión de los trastos y comenzaron a recoger todo lo que allí se encontraba. Recogieron cajas de cartón que depositaron junto a maderas y demás enseres, pero mi asombro fue en aumento cuando veo que uno de los empleados recogió una caja llena de ropa y la deposita en uno de los contenedores de residuos orgánicos.
Ante esto los ojos se me quedaron a cuadros a la vez que me caía la venda que no me dejaba ver lo que otras personas habían contemplado antes que yo. Miles de preguntas llegaron a mi mente entre ellas ¿Quién revisa estas recogidas incontroladas, donde está el reciclaje al que se somete a los ciudadanos?
Si lo pensamos fríamente lo de reciclar lo dejábamos para las empresas que se lucran con la venta del papel y vidrio pues, no olvidemos, que también pagamos por la recogida de la basura que ya llevamos reciclada desde casa.
Otra cosa es hablar de las personas que, sin miramientos dejan las bolsas al pie de los contenedores, lo uno nada tiene que ver con lo otro pues con este acto poco bueno se hablará de quienes tienen esta fea y poco salubre costumbre.
María Almenara.
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