Con el verano llegan los días largos, el calor y los chapuzones en la playa pero también llegan los incendios que, provocados o no, causan los mayores destrozos en nuestros campos.
No hay que salir muy lejos del pueblo, para darnos cuenta de la gran cantidad de peligros inminentes que nos acechan por todos lados. Camine usted con dirección a el Caracol y fíjese en qué estado se encuentra el barranco que se encuentra a ambos lados de la carretera, por no hablar de la cantidad de invernaderos abandonados que encontramos hasta llegar a la carretera principal.
Si subimos hacia el Lomo Magullo, vemos más de lo mismo. Un barranco lleno de escombros donde los posibles focos de incendios pululan a sus anchas esperando que llegue el desaprensivo de turno y haga de las suyas.
No podemos olvidar el barranco real o de san José de Las Longueras donde, llegados ya a las cercanías del pueblo, encontramos un considerable número de invernaderos abandonados.
Pero, la palma se la lleva el barranco que baja de La Higuera Canaria, aquí no falta de nada, tanto en el cauce del barranco como en las laderas que lo circunda. El rabo de gato y demás malas hierbas se han hecho dueñas y señoras del lugar formando un peligro de incendio en estos días de calor.
Como digo en el titular de este artículo mejor prevenir que lamentar, y en este caso, yo lamento la falta de prevención por parte del ayuntamiento.
Mary Almenara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario