Ochenta años después de convertir Tamaraceite en un espacio para el terror, con cinco fusilados y decenas de desaparecidos por los fascistas, en esto que huele tan mal y que llaman “democracia a la española”, sigue pisoteado en sus derechos elementales este pueblo olvidado por los políticos, tipos y tipas que se aprovechan de la desvertebración social para sacar tajada de jugosas prebendas, las que genera un centro comercial de los más grandes de su Egggpaña cañí del “A por ellos oeee”.
Inauguran este noviembre triste su nuevo templo para el consumo, para
arruinar lo poco que subsiste en la isla de Gran Canaria de pequeño y
mediano comercio. “Los Alisios” lo llaman pomposamente, esos vientos
eternos que antes regaban la abundante agricultura donde ahora solo hay
cemento, hormigón, trabajadores en su mayoría extranjeros explotados,
algunos viviendo en barracones inmundos, un terreno para la especulación
llevada a los máximos extremos, la que algunas personas ingenuas y con
buena fe llegaron a pensar que con un nuevo gobierno municipal en Las
Palmas de Gran Canaria, de esos que llaman “del cambio”, se podría parar
esta aberración, que a este barrio, antes municipio comunista y
prospero se le iba a tener en cuenta, se le iba a dotar de
infraestructuras adecuadas, se iba a terminar con el hambre infantil, la
pobreza extrema, la drogadicción de la juventud, el analfabetismo, la
exclusión social, los desahucios, el desarraigo, la tristeza de un
pueblo trabajador sin salida.
Se les ve estos días trabajando a destajo, de noche y de día para esa
grandiosa inauguración prevista para la próxima semana, tipos
enchaquetados con cascos y planos bajo el brazo junto a políticos
eufóricos, que ni siquiera se han preocupado de crear accesos viales
adecuados para evitar los atascos. No se ha previsto nada, solo que esta
multinacional y sus sucursales isleñas pongan en marcha su nuevo
desarrete colectivo, la huida hacia delante para vaciar los escasos
bolsillos de la población de unas islas donde se bate récords en todo lo
malo, en fracaso escolar, en hambre, en desempleo, en suicidios por
motivos económicos, en familias sin ingresos, en gente que come de la
basura, en niñas y niños que se desmayan en clase por no haber cenado ni
desayunado, en corrupción política, donde también somos campeones,
oeoeoeeee.
La falta de respeto de esta vergonzosa casta política con las vecinas y
vecinos de esta zona de la ciudad roza el fascismo, solo quieren
nuestro riquísimo territorio agrícola, nuestro patrimonio natural, para
los pelotazos de los “amigos” constructores, para los maletines, quizá
los sobres que tan bien gestionan los del corrupto partido de la Gürtel y
sus partidos filiales del régimen del 155.
Olvidados para todo menos para el cemento y las tramas que enriquecen a
unos pocos sinvergüenzas a costa de nuestra miseria, nos veremos en
unas semanas haciendo cola en los masivos atascos, entre las luces
navideñas que ocultaran en esta destruida zona de la isla el verdadero
rostro del abuso de poder, de la injusticia, del dolor y la miseria.
Por FRANCISCO GONZÁLEZ TEJERA / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
FUENTE: http://canarias-semanal.org/not/21387/tamaraceite-del-fascismo-franquista-al-fascismo-economico/
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