Telde Insostenible I.
Muchos son los que se preocupan por la situación económica tanto del ayuntamiento, como del municipio. Que a mi juicio es el principal problema, pero no el único. Vemos opiniones, datos enfrentados, siempre preocupados por buscar responsables y no por aunar soluciones.
Del tema ambiental, y sobre todo de su gestión son pocos los que opinan. La gestión urbanística, el encausamiento de aguas, vertidos, o contaminación acústica son los temas ambientales que más preocupan, por el daño a corto plazo que producen. Pero existen otras afecciones negativas al ambiente que producimos y que pasan desapercibidas para la mayoría.
He de decir que mientras festejábamos el día de nuestro patrón San Juan Bautista. Una festividad que ha trascendido a lo largo del tiempo del acto puramente religioso, a la tradición de ritos animistas. Tradición que no debemos perder porque entroncan con lo más profundo de nuestra historia e incluso de la prehistoria. En este orden nos encontramos las Hogueras de San Juan, que no son más que la cristianización de un rito ancestral relacionado con el fin de las cosechas. El fin de un periodo y el inicio de otro, donde quemamos lo viejo, comenzando a preparar la tierra para volver a sembrar. Esta tradición desvirtuada en el tiempo ha ido transformándose en la quema de residuos de nueva generación.
Mientras visitaba el vertido de residuos que se apilaron para la hoguera en el cauce público del Barranco de Telde, junto al Puente de los 7 ojos, pude observar que no existía un responsable de informar a las diferentes empresas y ciudadanos, que materiales se podían aportar para la hoguera. Así por ejemplo la empresa concesionaria del mantenimiento de las zonas verdes del municipio de Telde, vertió varias toneladas de material vegetal recién podado, que superaba con mucho el nivel de humedad del 20% que se recomienda para una buena combustión, que evite la emisión de gases perjudiciales. Pero más grave me pareció como camiones procedentes de carpinterías, almacenes de maderas y empresas dedicadas al transporte vertían maderas, pallets y mobiliario, tratados con barnices, pinturas, plásticos, metales, tratamientos fúngicos e insecticidas, etc...
Por la superficie y altura del vertido, se quemaron 2573m3 de residuos de diferentes categorías, porque la administración responsable no puso control a los vertidos.
La Hoguera de San Juan, una tradición, se convirtió como años anteriores, en una quema incontrolada de residuos. Se lanzaron a la atmosfera gases de efecto invernadero y otros tóxicos para la salud, aparte de cenizas muy volátiles y toxicas, y otros residuos que quedaran sobre la tierra del cauce público, haciéndonos correr el riesgo de contaminar el acuífero.
No busco culpables con mi artículo de opinión, que son muchos y de variada procedencia a lo largo del tiempo, solo quiero hacer público el problema para que se tomen soluciones.
La primera solución que aporto, es ejecutar un control de los materiales que se vierten en la hoguera, a través de la vigilancia y la selección en origen de la madera. Evitando que desaprensivos o desconocedores de peligro, pongan en riesgo nuestra salud, utilizando un método rápido, barato y prohibido de gestionar sus residuos (Ley 1/1999, de 29 de enero de Residuos de Canarias).
El segundo paso el limitar la cantidad de residuos vegetales que se quemen, y que tengan una humedad inferior al 20%. Para cumplir con la tradición no es necesario verter a la atmosfera toneladas de gases de efecto invernadero. Es difícil hacer un cálculo exacto de las toneladas de gases que se vertieron la noche de San Juan a la atmosfera. La misma Hoguera del Barranco de Telde estaba compuesta, como dije antes, de muy heterogéneos materiales. Pero haciendo un cálculo con el material menos contaminante, madera de pino con una humedad inferior al 20%, y dado el volumen que tuvo la hoguera podemos saber que se vertieron a la atmosfera más de dos toneladas y media de co2. Que en opinión de los expertos que he consultado, sumado al resto de hogueras del municipio, pudieron superar los niveles de emisiones producidos por todos los vehículos que circulan por el municipio en un día laborable. Creo que es para preocuparse.
Además de una quema simbólica, debe tenerse en cuenta el realizarla sobre una superficie impermeable, que facilite la retirada de los residuos sobrantes de la combustión para evitar el riesgo de contaminar los acuíferos.
En otro orden de cosas la gestión de los residuos generados por la fiesta de San Juan sigue siendo tercer mundista. Mientras se gasta dinero público para concienciar a los ciudadanos en la separación de los residuos, el ayuntamiento de Telde sigue vertiendo en el vertedero de Juan Grande todos los residuos que genera las fiestas. En el mes de abril un grupo político ya hizo un ruego donde se pedía que se recogieran selectivamente los residuos de la fiesta. Como se realiza en Las Palmas de Gran Canaria, donde la limpieza la realiza la misma empresa concesionaria que en Telde. Y no solo por un tema ambiental para favorecer el reciclaje, sino también por un tema económico, puesto que se reduce los residuos que se llevan al vertedero y por tanto el dinero que hay que pagar por verter y el consumo de combustible.
Pudiera ser que tuvieran un problema logístico que impidiera la recogida selectiva al personal de limpieza, aunque no parece difícil que en una bolsa se recojan los envases, en otra el cristal y en otra el resto de los residuos, pero les resulta complicado hasta colocar los contenedores para la recogida selectiva en la fiesta. Junto a los chiringuitos de los feriantes del Cubillo se colocaron más de cuatro contenedores, y pregunto ¿tanto costaba poner uno de envases y otro de vidrio? Cuando además el residuo que más se genera en una fiesta son los envases.
Por todo ello, a mi juicio han sido unas fiestas de San Juan Insostenibles, que con un poco de voluntad y si generar más costo se podrían haber mejorado, cumpliendo con nuestras tradiciones.
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