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jueves, 8 de agosto de 2013

De cuando disparaban a la bandera de España






Nada nuevo bajo el sol del Peñón. De nuevo tensión en la zona. Y un cambio de mensaje político. Casi nada. Y desde fuera dirán 'qué política exterior más veleta la de España con Gibraltar: antes se sentaba a los representantes de Gibraltar a una mesa como si fuera un estado y ahora sólo se mira a Gran Bretaña... Y en el margen de pocos años'.

Antes, con Moratinos, nos sentábamos a la mesa en un acuerdo tripartito.Ahora, se vuelve al mensaje que dicen que nunca se debió abandonar: 'Gibraltar, español'. Mientras en Gran Bretaña, todos como una piña; en España, dando mandobles a diestro y siniestro la oposición al Gobierno.
No hay que irse muy lejos en el tiempo (desde este medio lo denunciábamos a diario) para recordar los actos de falta de respeto de la Policía británica, apoyada siempre siempre por naves de la Royal Navy, a la Guardia Civil, en aguas españolas. Es decir, a España.
Y cómo la Guardia Civil recibía siempre, una tras otra, órdenes de Madrid, de evitar enfrentamientos, de evitar situaciones de máxima tensión, de dejar la zona de conflicto, vamos, de retirarse de las aguas españolas...
Y los guardias, generando úlceras. Porque todos y cada uno de los incidentes con las patrulleras de Gibraltar y la Royal Navy se producían en aguas españolas.
Los gibraltareños amenazan a los guardias con que estaban entrando en aguas del Peón. Y la respuesta de los agentes, antes de recibir órdenes de retirada, era que las aguas eran españolas. Se produjeron embestidas. Se llegó a detener a algún guardia... Y siempre dando pasos hacia atrás. Y todo en aguas españolas.
Y todos los incidentes se produjeron durante las persecuciones de presuntos delincuentes, de contrabandistas. En más de una ocasión, los perseguidos se burlaron de los guardias cuando les veían abandonar cabizbajos la zona, cuando estaban ya bajo la seguridad de la policía gibraltareña. Y todo en aguas españolas.
Las provocaciones eran constantes, tanto, que incluso la Guardia Civil sorprendió a la Royal Navy realizando prácticas de tiro contra una boya con la bandera de España. Y todo en aguas españolas.
Pero ni todos los incidentes (eran casi diarios) provocaron una situación de tensión como la que estamos viendo estos días. Primer ministro llamando a presidente del Gobierno. Y es que ahora, el Ejecutivo sí tiene claro que no habrá fotos 'tripartitas' y que su política con el Peñón no va a basarse en concesiones para evitar enfrentamientos. diplomáticos o políticos.
Hay quienes dicen que dentro de otros 300 años la situación con el Peñón seguirá como hasta ahora. No creo que esté para verlo. Otros entienden que, con la mediación de la Unión Europea, se tiene que poner fin a los excesos (siempre aprovechando buenismos y debilidades) que provienen de Gibraltar.
En cualquier caso, lo que sí debe haber es una política exterior clara por parte del Reino de España. Una política que, aunque tenga matices, sea claramente defendida por el Gobierno y apoyada por la oposición. Vemos en Gran Bretaña cómo la oposición apoya claramente a Cameron, sin fisuras, en esta mini crisis. Aquí, lejos, muy lejos de nuevo de lo que debe ser sentido de Estado.
Espero que por lo menos, este pulso se mantenga, que no sea un brindis de unas semanas y volvamos a mirar para otro lado con los excesos de los responsables del Peñón. Y que desde luego no volvamos a caer en la trampa de intentar un 'tripartito'.
Por cierto, lanzando los bloques de cemento al mar, Gibraltar no sólo torpedea la labor de los pescadores españoles de la zona, sino que gana metros a esas aguas que no son suyas, que son españolas.

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