*CARTA A UN AMIGO SACERDOTE* POR JULIO GONZÁLEZ PADRÓN
Mi estimado amigo:
En estos días, al menos con seguridad ayer y hoy, he oído sobre las 12
y a media tarte repicar unas campanas de la Catedral.
Me parece muy bien que se llame a oración y se oiga un mensaje de
optimismo en la Iglesia.
Pero a la vez que eso, también echo a faltar que a una hora que se
determine, al igual que los aplausos, las campanas toquen a duelo por
los más de 30.000 personas fallecidas por esta pandemia en España.
Igual que Cristina Ramos cantó un Aleluya en la Catedral, me hubiera
gustado que también se cantara una canción en recuerdo de los fallecidos
y que recuerden la esperanza cristiana en la resurrección. Por ejemplo
"La muerte no es el final", o como cada 11 de noviembre a las 11 de la
mañana escucho en Londres "Auld lang syne" o "The time to say goodbye".
Y esto te lo digo con todo mi corazón y desde mi agnosticismo, pero sin
renegar de mi cultura con raíces judeo-cristianas... y es que una cosa es una cosas y otra cosas son dos cosas...
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