lunes, 4 de febrero de 2019

Reflexiones del pequeño comercio canario, ante su crisis

 

ARTÍCULO DE OPINIÓN

 José Antonio Cabrera. ASSOPRESS

 Las grandes superficies crecen y los pequeños empresarios desaparecen. ¿Qué está pasando en el comercio de Canarias?

Tras la crisis, el pequeño comercio de Canarias vive un declive continuo donde los comercios tradicionales prácticamente están desapareciendo. Este descenso lo podemos apreciar en el número de locales dedicados al comercio minorista, que han cerrado en esta última década.

Hay una clonación de las principales calles comerciales a nivel mundial con una oferta de tiendas de cadenas y franquicias, igual que en todo el mundo por efecto de la globalización.

Las ventas del comercio tradicional se desploman debido a varios factores, entre los que podemos destacar la implantación de centros comerciales, la situación de inestabilidad económica, así como el comercio online que crece día tras día. No obstante, no nos podemos olvidar de que el poder adquisitivo y los hábitos del consumidor han cambiado radicalmente tras la crisis.

Muchas calles canarias, tradicionalmente comerciales, se han quedado poco a poco huérfanas. Los pequeños empresarios se encuentran en una difícil situación viendo cómo los potenciales clientes ya no entran en sus establecimientos. Todo ello, debido, principalmente, a la continua falta de aparcamientos, a la apertura de grandes superficies, incluso, en las principales calles comerciales de las ciudades.

Internet ha transformado por completo nuestras vidas y las ventas online suponen un gran reto para el pequeño comerciante, pero además esto viene unido a otros problemas. Al empresario canario le supone un sobrecoste tanto recibir como enviar la mercancía fuera, además de lo que paga por el producto. Hay que cambiar muchas cosas en la comunidad canaria en cuanto a normativas, impuestos, aranceles y aduanas para poder sumarnos con seguridad y garantías y ser más competitivos en el comercio online.

El comercio se encuentra sumido en una incertidumbre, ni siquiera las rebajas tienen el efecto de antaño, debido a la liberalización de las mismas. Los consumidores han perdido el interés por estas por el continuo bombardeo mediático de ofertas que ofrecen las grandes cadenas, mientras que los pequeños empresarios no pueden competir para dar salida a sus stocks.

Para la implantación de las nuevas tecnologías no basta con dar el salto digital. En los comercios canarios hay otros retos que debemos afrontar, desde el relevo generacional y la alta rotación de actividades y personal, hasta la baja cualificación de los emprendedores, que hacen que sea un fenómeno que hay que abordar desde una perspectiva interdisciplinar.

Canarias vive un desequilibrio competitivo y necesitamos que se establezcan medidas concretas que apoyen y ayuden al sector. Medidas en las que se cree un plan donde los pequeños comerciantes puedan ser competitivos y estar en igualdad de condiciones.

 

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