jueves, 14 de junio de 2018

Argentina debate despenalizar el aborto y el Papa habla… de fútbol





El otro día convocaba a los capitostes de las grandes multinacionales del petróleo para urgirles a la conversión a la economía verde, y ahora el Papa ha encontrado otro asunto que merece su atención al punto de hacer con él un “llamamiento” al final de su audiencia general: el Mundial.

Como lo oyen: el mismo día que en el parlamento de su tierra natal, Argentina, se debate eliminar la protección de que goza aún el no nacido -ya van quedando pocos, muy pocos países de cultura occidental que se salven de ‘la quema’ abortista-, Su Santidad tiene palabras para lo que de verdad importa: el Mundial de Fútbol, que se inicia este jueves en Moscú.
“Mañana se abrirá en Rusia el Campeonato Mundial de Fútbol”, ha dicho. “Deseo enviar un cordial saludo a los jugadores y a los organizadores, así como a aquellos que seguirán a través de los medios de comunicación social este evento que supera todas las fronteras.¡Ojalá esta importante manifestación deportiva se convierta en una ocasión de encuentro, de diálogo y de fraternidad entre diferentes culturas y religiones, fomentando la solidaridad y la paz entre las naciones!”.


Lo hemos dicho otras veces: cuando, a principios de su pontificado, el Papa nos advirtió a los católicos que no nos “obsesionáramos” con el aborto, entendí el sentido en que esas palabras resultaban razonables -no es, al fin, un asunto específicamente ‘católico’ o cristiano-, pero me alarmé, porque es difícil encontrar algo más digno de ‘obsesionar’ que el hecho de que nuestra civilización dé por bueno que las madres puedan eliminar a sus hijos antes de que nazcan, y porque es cada vez más claro que si los católicos no dan esta batalla, nadie lo hará.
Pero en este tiempo hemos pasado de la ‘obsesión’ a algo parecido a la indiferencia. A un silencio, al menos, ominoso y desconcertante. Es el mismo silencio que le oímos -por así decir- cuando habló ante el Congreso norteamericano y dedicó su ‘mensaje provida’ a la pena de muerte o, más recientemente, cuando no tuvo una palabra que decidir a los católicos irlandeses que votaban sobre si legalizar el aborto en ese país, hasta entonces único bastión provida de Europa.
Es más, como señalábamos ayer, en la próxima edición del Encuentro Mundial de las Familias, que precisamente se celebra en Irlanda, no hay previsto un solo acto donde se hable de la plaga que acaban de atraer sobre sus cabezas los irlandeses. Sí destacan las notas de prensa del evento, en cambio, la participación del jesuita Padre James Martin, que nos contará qué podemos hacer para dar una mejor acogida a los miembros LGTBI de nuestras familias.
Francisco ha sido saludado desde el primer día por una prensa rendida como un Papa ‘valiente’ que no teme enfrentarse al poder. Sinceramente, creo que haría falta haber pasado en coma los últimos veinte o treinta años para juzgar ‘valiente’ meterse con la Mafia, o con los negacionistas del Cambio Climático o con los críticos de la inmigración masiva. Lo menos que se puede decir de todas esas posturas es que son populares, al menos para quienes controlan la cultura, la educación y los medios de comunicación de Occidente.
Meterse con los ricos no molesta a nadie, ni siquiera a los ricos que, de hecho, están detrás de muchas de las causas que abandera el Papa, sobre todo cuando la culpa se diluye en ‘estructuras’ y ‘sistemas’ que dejan tranquilas las conciencias.
En general, nos cuesta encontrar una causa que el Papa defienda con pasión que no sea el pan nuestro de cada día de los medios de comunicación de masas. Está el aborto que, en las ocasiones en que ha tenido que hablar de él, ha atacado sin contemplaciones y con loable firmeza.
Pero, convendrán conmigo, son muy raras esas ocasiones, y los casos de Irlanda y Argentina pedían a gritos una palabra de claridad, de ánimo, de santa ira, incluso, por parte del pastor de los católicos. Y su silencio duele.
Es lo que atrae la ira del Mundo. Es lo que cambiaría súbitamente la simpatía con que le obsequian los grandes, desde el New York Times a los responsables de la ONU, por hostilidad abierta. Mucho más simpático, mucho más popular, qué duda cabe, es hablar de fútbol.
FUENTE:  https://infovaticana.com/2018/06/14/deja-tu-ofrenda-ante-el-altar-y-vete-primero-a-reconciliarte-con-tu-hermano/

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