martes, 31 de octubre de 2017

COSTUMBRES DE MI TIERRA. EL LATONERO.


 

Durante muchos años la imagen del latonero formaba parte de aquellos hombres que, para buscar el pan de cada día, se echaban a la calle en horas muy tempranas llevando en una moto o bicicleta e, incluso a lomos de un burro, los enceres necesarios para hacer los trabajos de; afilador, vendedor de helados, de chochos o, como el caso que nos ocupa, el de latonero.
 
Estos hombres pasaban por las calles haciendo sonar una bocina o gritando para hacerse oír por las mujeres que salían a la calle con un caldero que se había picado, la cocinilla para que le pusiera un punto de soldadura, el balde o, por qué no, la escupidera que el chiquillo tiró al suelo y por estar descascaronada se hizo la piquera. No estaba la vida para tirar y comprar tal y como hacemos ahora.
  Este trabajo más ligero lo ejecutaban en la calle, pero, cuando se trataba de elaborar nuevos utensilios se los llevaban al taller donde a base de martillazos, daban forma a la hoja de lata de la que salía: un balde, moldes para queques, las mangas para hacer churros etcétera.
  Con las latas vacías del aceite confeccionaban; ceniceros, jarras de agua dentadas, para que nadie bebiera, pues se usaba para poner el agua a la comida. Típica también era la jarra par el gofio con su tapa y la correspondiente pala.
  Y todo se realizaba artesanalmente usando una escasa herramienta que consistía en un martillo achaflanado, un soplete portátil que desbancó poco a poco al antiguo soldador de cabeza de cobre, el estaño reciclado y la mayoría de las veces rebajado con cinc o puro. Usaban también la cizalla, las mordazas extensibles y el tornillo de banco que suplió al pequeño yunque manual.
  Antaño cuando las calles y casas eran alumbradas con faroles fueron estos artesanos los encargados de trabajar la lata hasta darle forma cuadrada con una puertecita que se abría para colocar dentro una palmatoria con un cabo de vela, una vela de cera o una lamparilla para alumbrarse.
  Recuerdo ver a los rancheros llevar este tipo de farol cuando les tocaba echar el agua, cosa esta, que normalmente ocurría por la noche.
 Hoy todo lo adquirimos hecho a máquina y de plástico.
  Así eran las costumbres de mi tierra.
María Sánchez.

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