Un concierto de Robe, como el que dio este pasado viernes 1 de noviembre en Las Palmas de GC (Parque de la música), siempre es todo un acontecimiento. Kutxi (cantante de Marea), que en lo musical tanto debe al extremeño, afirmó con mucha razón respecto al rock (urbano) español que: Leño-Rosendo puso los cimientos, Barricada construyó la casa y Extremoduro-Robe la embelleció, la puso bonita; la ciencia llegó de Carabanchel y de Placencia, cantaba Romero. Ello, subrayamos, nos da la magnitud del legado e influencia de Robe, a estas alturas no los vamos a descubrir, con sus luces o sombras (quien no la tienes), genio y figura.
Como acostumbra, el concierto de Robe tuvo sus dos partes diferenciadas con su pausa en medio que, con su reciente disco debajo del brazo- “Se nos lleva el aire”-, en esta primera parte fue desgranando dicho trabajo. Así desfilaron temas como “Adiós, cielo azul, llegó la tormenta”, “El hombre pájaro” o “El poder del arte”. Por supuesto hay que destacar los temas de Extremoduro, con su reconocido trabajo “La ley innata”, como “Coda flamenca” y “Dulce introducción al caos”, con el público ya entrando en calor, en ánimo y pasión.
Después de la pausa, comenzaba la segunda parte del concierto, en la que continuaba presentando las canciones de su actual obra, como “Haz que tiemble el suelo” “Ininteligible” y “Nada que perder”, mostrando así la calidad y talento compositivo que Robe continúa regalándonos. Aquí relucieron temas de su significativo disco “Mayéutica”, con su “Segundo” y “Tercer movimiento”, para que el respetable prosiguiera desatando sus emociones, voces y bailes.
Hay que resaltar la magnífica y amplia banda que acompaña a Robe, músicos muy brillantes, versátiles y profesionales que ofrecen un excelente espectáculo durante toda la actuación, La apoteosis última en esta parte llegó otra vez con los temas de Extremoduro como “Buscando una luna” del antológico “Agila”, “La vereda de la puerta de atrás” y el himno final “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, de su obra maestra “Deltoya”, con la gente entregada en cuerpo y alma a estos clásicos imperecederos.
Concluimos con el dicho “El que tuvo retuvo” y está claro, en esta etapa de la vida, que Robe va llegando a su madurez, profesionalidad y quehacer musical, ofreciéndonos junto a su banda todo un recital, ahora mismo, de lo mejor que se puede ver en concierto. Por todo ello, le damos las gracias infinitas con la certeza de que su legado es eterno, formando ya parte muy profunda de nuestras vidas.
No tardes en volver Robe, sabes que las Islas Canarias son siempre tu casa.
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