De todos es sabido los desastres causados por La Dana, el dolor que ha causado a su paso
dejando a toda España envuelta en dolor por los destrozos materiales y por la cantidad de
victimas humanas que se ha llevado consigo.
Sabemos que nada o bien poco se puede hacer ante un fenómeno originado por la
naturaleza. Sin embargo se especula que no se cumplieron todos los protocolos que eran de
rigor y obligatorios.
Según noticias escuchadas en la radio la voz de alarma tendría que haber sido dada a las
tres de la tarde, sin embargo se hizo a las ocho de la noche, cuando las lluvias torrenciales
comenzaron a hacer acto de presencia.
Ahora se echan balones fuera y todos tuvieron culpas pero nadie es culpable. Se habla de
el error que se cometió al dar los permisos de fabricación en lugares próximos a los ríos o
en las faldas de las montañas con el riesgo que esto conlleva.
Evidentemente de nada vale quejarse o buscar presuntos culpables, la desgracia ya está
hecha, hay muchas vidas perdidas, familias sin hogar ni comida pues, para rizar el riso los
amigos de lo ajeno han hecho su agosto entrando como vándalos en los supermercados
dejando éstos desprovisto de lo más esencial.
Lo peor sea que luego se haga un uso indebido o se dediquen a la reventa.
Desde aquí envió mi solidaridad con Valencia y todos los valencianos.
María Sánchez.
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