- Reescrita por Carlos Álvarez a partir de la transcripción paleográfica realizada por Elías Serra Ràfols y Buenaventura Bonnet y Reverón
- Traducida al inglés por Hebe Powell y al alemán por Thomas Stauder y revisadas por Amalia Bosch Benítez
. Desde hoy ya está en las librerías la Crónica de la Conquista de Canarias, reescrita en castellano actual por el escritor y periodista Carlos Álvarez. Una reescritura que parte de la transcripción paleográfica realizada por Elías Serra Ràfols y Buenaventura Bonnet y Reverón de la crónica conocida como Lacunense
Esta crónica, la Lacunense, es una de las tres crónicas existentes sobre este trascendental episodio de la historia de nuestro Archipiélago: Ovetense, Lacune
nse y Matritense, así conocidas por el lugar en el que se conservan los manuscritos, que narran estos hechos ocurridos a finales del siglo XV. Además cuenta con la introducción del profesor Manuel Lobo Cabrera, quien sitúa al lector y le ayuda a un mayor disfrute y conocimiento tanto de los textos como de la estructura social y económica de los aborígenes isleños en el momento de la conquista por parte de las tropas castellanas. Esta nueva edición cuenta también con un mapa de la isla de Gran Canaria que sitúa los lugares más significativos reseñados en las crónicas. El autor de la adaptación de las crónicas, Carlos Álvarez, desveló que «he buscado conservar todo lo posible el 'aroma' de la escritura primigenia, explicando con algunas notas al pie de página aquellas expresiones de la época que en la actualidad no se entenderían, pero que son tan bonitas que había que mantenerlas tal cual». Y reconoció que a veces es difícil entender el sentido que quiso dar el autor a algunas frases, «disfruté mucho durante todo el proceso, reviviendo aquellos capítulos como espero que ahora lo hagan todos los lectores tras esta actualización del lenguaje y la sintaxis».
«Un proyecto muy necesario para acercar a todos los ciudadanos los momentos trascendentales para nuestras Islas que narran estas crónicas» según el profesor Manuel Lobo Cabrera, autor de la introducción de esta edición. «Pues los cronistas solían contar la historia detallada de los reinados y las batallas en las que participaban, dando pormenores de todo aquello que veían y que iba sucediendo en su entorno» añadió, «por lo que gracias a estos textos sabemos cómo transcurrió este periodo que marcaría el devenir de Canarias».
Sobre la escritura original de estos manuscritos, el profesor destacó que «se solía utilizar un lenguaje sencillo, acorde a cada momento, de manera directa, con ciertos tintes personales y en ocasiones bastante reiterativos, especialmente en aquellos asuntos en los que interesaba engrandecer la figura del jefe de la conquista, a quien servían los cronistas». En este sentido, Manuel Lobo concluyó que «si bien cabe tener en cuenta que han sido escritas por el bando vencedor, con lo que ello supone, contienen descripciones muy interesantes de las costumbres y forma de vivir de los isleños de la época».
La traductora al inglés y el traductor al alemán se encontraron con un texto reescrito en un español actualizado, pero que, como bien dice su autor «pretendía conservar el aroma de la escritura primigenia», apunta Amalia Bosch, coordinadora de las traducciones. Las diferencias entre la sintaxis oracional española y la sintaxis inglesa o la alemana, son profundas. Una actualización excesiva podría haber hecho desaparecer ese aroma histórico o primigenio que buscaba el autor. Ante esa tesitura, se puede caer en el riesgo de exotizar, es decir, de traducir conservando todos los elementos originales presentes en el texto original, incluida la sintaxis, o bien de domesticar el texto, técnica que persigue neutralizar la cultura extraña en la lengua hacia la que se traduce.
La traductora al inglés conservó la grafía arcaizante en los nombres propios y topónimos, mientras que el traductor al alemán prescindió de elementos arcaizantes que hubieran sonado algo artificiales en la versión final, pero ambos procuran mantener un equilibrio que ha permitido salvar la distancia histórica sin caer en un presente normativo, que hubiera distorsionado los episodios que se narran. Los dos traductores simplificaron la redacción original, segmentando aquellas estructuras laberínticas, típicas de la época y del modo de escribir españoles, pero excesivamente largas y extrañas para un lector inglés o alemán. Decidieron preservar elementos léxicos necesarios como marcadores históricos de un contexto determinado.
En palabras de la propia traductora al inglés «todos estos elementos recuerdan al lector que se halla ante un texto histórico, pero no dificultan la lectura ni su accesibilidad, pues se mantiene el interés por lo narrado», objetivo que se persigue con esta traducciones al alemán y al inglés, que se leen con suma facilidad, enganchando al lector desde el principio.
porque el manuscrito se conserva en La Laguna (Tenerife), en la Biblioteca de su Universidad. Por primera vez, esta crónica se edita también traducida al inglés y al alemán. La obra tiene la virtud de que permite acercar al lector a través de una lectura fluida a uno de los hechos más significativos de la historia de Canarias, el momento en que se produce el tránsito de una sociedad indígena a una europea, a costa de un drama, la conquista, que supuso para los canarios renunciar a sus hábitos y costumbres.
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