La alcaldesa de Telde, Carmen Hernández, destacó este jueves que el proyecto de la promotora Edificios Singulares, el Residencial Lola Massieu, es una guía en el camino de ciudades sostenibles en la lucha contra el cambio climático, durante el acto de descubrimiento de la placa que recuerda el premio Miguel Martín-Fernández de la Torre otorgado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria a este edificio por su innovador diseño y estrategia medioambiental.
La regidora municipal se mostró satisfecha de que el municipio de Telde albergue edificios de referencia, “edificios singulares y comprometidos con el medioambiente y con estrategias renovables. El premio es bien merecido porque se trata de un edificio práctico, moderno, atractivo y a precios razonables”, por lo que hay que felicitar a su arquitecto y a su promotor.
En el acto participaron también la consejera de Arquitectura y Vivienda del Cabildo de Gran Canaria, María Concepción Monzón; el vocal de la Junta de Gobierno del Colegio, Ramón Cruz; el arquitecto del edificio, Pedro Romera, y el gerente de Edificios Singulares, Miguel Ángel Suárez.
En el evento se puso de manifiesto que el 40 % de las emisiones de C02 se debe a la construcción, de ahí la importancia de apostar por edificaciones sostenibles, de bajo consumo energético y respetuosas con el medio ambiente.
Por su parte, el arquitecto del residencial, Pedro Romera, destacó el uso de herramientas de la arquitectura tradicional canaria, como la ventilación natural y la protección del sol. “A veces es necesario echar la vista atrás, en nuestras raíces hay mucho conocimiento que solo es necesario revisar y aplicar”, matizó.
En Canarias la construcción debe hacer frente a dos problemas: la alta humedad, que hace que exista una sensación térmica mayor, y el sol, que calienta mucho las casas. “Este proyecto usa al máximo todos los sistemas de ventilación natural y los sistemas de protección del sol. Una es una fachada ventilada, blanca, que refleja al máximo la energía y permanece fría y lo seguro es auto arrojándose sombra, por eso el nombre de casas apiladas, que se dan sombra unas a otras", apuntó Romera.
Así, el Residencial Lola Massieu es un edificio bioclimático que reduce sus necesidades de climatización, con buena parte de sus fachadas ejecutadas en hormigón visto o revestidas con paneles de composite, con una trasera abierta. Orientado al sur y con plaza de garaje para cada vivienda, tiene también una importante instalación fotovoltaica para atender las necesidades energéticas del edificio, como un ascensor de bajo consumo o las luces comunes, y está dotado de termos de agua caliente de aerotermia, que consumen el 5% de lo que un termoeléctrico habitual.
Además, el Residencial cuenta con espacios comunes con naturaleza viva para impulsar la calidad del aire, con sistemas de auto riego y con todos los aparcamientos dotados de instalación para vehículos eléctricos. Sobre la calidad del aire, el arquitecto resaltó su importancia y el descuido con el que ha sido tratado, destacando que hay casas que tienen peor calidad de aire que un garaje. "Pero nadie lo mide. La gente se sorprendería", puso de manifiesto.
Este Residencial forma parte del anuario nacional de arquitectura de este año, seleccionado como uno de los edificios más emblemáticos de España.
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