El alumnado del CIFP San Cristóbal de Las Palmas de Gran Canaria ha elaborado hoy diferentes recetas, unas tradicionales y otras más modernas, con una doble misión en común. Por un lado, poner en valor la carne de cabra y de cabrito canario e incentivar que este producto forme parte de los menús que se sirvan en los hogares esta Navidad;
y, por otro, que familias con pocos recursos puedan también degustar una comida especial en estas fiestas. Pues el centenar de raciones preparadas se han entregado sobre la marcha a los comedores sociales de la Casa Hogar Magone y la Fundación Canaria Main, de la capital. Desde tartar de tomate y aguacate con lágrimas de sal, carpaccio de calabacín con nube de queso y aceite de Temisas o un curioso wantoón con mojo de mango, hasta los habituales estofados con cocción a baja temperatura, ropa vieja con butifarra de cabra o papas berrendas. Y, de postre, tarta de queso con salsa de tunos indios o helado de queso de flor con mermelada de tomate. Una acción solidaria enmarcada en la campaña 'Come cabrito por Navidad', impulsada por la Asociación de Queseros de Gran Canaria, ASOQUEGRAN, con la colaboración de la Consejería de Sector Primario y Soberanía Alimentaria del Cabildo insular, la Asociación de Mercados Agrarios, Mataderos Insulares y el propio centro de formación profesional.
“Estamos
muy contentas con el trabajo que se ha realizado y con que se hayan
involucrado varios sectores de Gran Canaria en una acción común que
fomenta el consumo de productos locales y el apoyo a los
productores”, celebró Mari Carmen Pérez, presidenta de
ASOQUEGRAN. Un colectivo que aglutina a cerca de una treintena de
explotaciones ganaderas “de las que dependen muchas familias en la
isla, por lo que también requieren que se les ayude en estos tiempos
tan complicados para todos, sin turismo y muchos locales de
restauración cerrados por el COVID-19”, subrayó Pérez. Quien
además aseveró que con esta campaña “ponemos en valor y seguimos
trabajando en la conservación de la cabra canaria, cuya elaboración
culinaria ha evolucionado en los últimos años, incluso en la alta
cocina, sin perder la esencia tradicional de este producto de
excelente calidad y frescura”. Al tiempo que la presidenta del
colectivo ganadero celebró que “nos emociona haber podido ayudar y
poner nuestro granito de arena para que familias que no se lo pueden
permitir económicamente, hayan disfrutado también de un menú
navideño”.
Por
su parte, el consejero de Sector Primario y Soberanía Alimentaria
del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo, felicitó a ASOQUEGRAN y
al CIFP San Cristóbal por “esta iniciativa magnífica y la
excelente organización” pues “la idea ha sido también acercar a
los centros de formación profesional un producto muy tradicional y
muy presente en los hogares canarios en estas fechas como es el
cabrito”. En este sentido, Hidalgo destacó que “es importante
que los futuros cocineros y cocineras profesionales de la hostelería
conozcan las cualidades de esta carne, se familiaricen con ella y
sepan cómo tratarla”. Asimismo, el consejero insular celebró que
“se haya podido ayudar a la economía de los ganaderos, que no solo
elaboran queso y leche, sino que la carne es un pilar importante de
sus explotaciones” y adelantó que desde el Cabildo y cuando la
pandemia lo permita “vamos a intentar celebrar un evento de cocina
en directo en los mercados agrícolas y por todos los municipios,
donde el público general también pueda ser testigo de las
elaboraciones culinarias con carne de cabrito”, entre otras
acciones.
Al mando de los fogones estuvo durante toda la mañana Víctor Sosa, jefe del Departamento de Hostelería del CIFP San Cristóbal, quien explicó que “hemos presentado nuevas recetas en las que ha estado presente la carne de cabra y de cabrito de una manera distinta, fomentando el producto canario”. Y añadió que “tenemos que borrar de la mente los olores profundos que dan este tipo de carnes y darles olores a las cumbres canarias, con mucha mano izquierda para que tengamos una carne delicada en boca”, aseveró el chef, muy satisfecho con el trabajo realizado por los alumnos. Los jóvenes, en plena formación, valoraron muy positivamente esta oportunidad de aprender a la vez que participar en una acción solidaria. Es el caso de Amaya Arcemoro, estudiante del Ciclo Superior de Dirección de Cocina, quien reconoció que “hemos aprendido mucho a manipular este producto de kilómetro cero y ha sido un orgullo dar a probar nuestros platos a otras personas que, en otras circunstancias, quizá no podrían permitírselo”. Una oportunidad, concluyó la chica, “que hemos aprovechado al máximo”.
75 mil kilos de carne de cabra y cabrito consumidos en Gran Canaria en 2020
Según datos de Mataderos Insulares, en 2020 la población grancanaria consumió un total de 75 mil kilos de carne caprina, divididos en 52 mil kilos extraídos de unas dos mil cabras y otros 23 mil kilos extraídos de 3.200 cabritos o baifos. Una cifra muy similar a la registrada el pasado año y que el Cabildo confía en elevar en 2021, gracias a campañas como la que tendrá lugar esta semana 'Come cabrito por Navidad' No en vano, Gran Canaria es la segunda isla del Archipiélago en número de cabezas de ganado caprino, con cerca de 52 mil ejemplares censados en 2019, según el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), distribuidas en 400 explotaciones y centralizadas, sobre todo, en la zona sur y sureste. Solo por detrás de Fuerteventura que, dada la numerosa cabaña de este tipo de ganado y factores antropológicos como la emigración de finales del siglo XIX de familias acompañadas de una cabra que les diera sustento, ha denominado a la raza más extendida en Canarias como raza majorera.
El
estudio del ADN de las tres razas caprinas autóctonas que persisten
en el Archipiélago, la majorera, palmera y tinerfeña, ha permitido
situar la procedencia de estos animales en el Norte de África, por
lo que los expertos estiman que llegaron a Canarias con los primeros
pobladores aborígenes y fueron distribuyéndose de isla en isla.
Asimismo, ese aislamiento favoreció la conservación de un
patrimonio genético común que persiste en la actualidad, ya que no
recibieron influencias o cruces con otras razas hasta varios siglos
después de la conquista por parte de la corona de Castilla. En el
caso de la raza majorera, con más de 14 mil ejemplares registrados y
repartidos entre las islas de Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria
y Tenerife, son animales de pelo corto, con una treintena de capas,
cuernos en forma de arco y se encuentran entre las más productoras
de leche del mundo.
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