Esta sencilla pregunta, aparentemente
inocente, puede facilitarnos llegar al fondo de LA CUESTIÓN. Al fondo de
esta pandemia que condiciona nuestra libertad, que desbarata nuestras
certezas y que nos cuestiona hasta nuestra forma de civilización sobre
la Tierra.
¿ESA ENCRUCIJADA ES REAL?
Porque lo primero que se puede oponer a
esa disyuntiva es que si fuera tan evidente, nadie aceptaría el colapso
de las actuales condiciones de vida de la humanidad y todo el mundo se
colocaría en la segunda de las opciones. Por lo tanto esa disyuntiva es
falsa. Y vaya usted a saber por qué se trae a colación.
¿Por qué creo que no es así?
Para intentar explicarlo, introduzco dos
hechos incontestables. 1). Por primera vez en la historia de la
Humanidad, el ámbito de la crisis es planetario. Todas las crisis
anteriores, desde la más paradigmática de 1929, hasta la última de 2008
pueden calificarse como globales porque afectaron sobre todo a las
principales economías mundiales (OCDE). Pero también hubo amplias
regiones del mundo en las que, incluso, se desconoció su existencia.
2). En los últimos tiempos históricos y hasta ahora, todas las grandes
crisis que acontecieron fueron causadas directamente por comportamientos
del género humano que provocaron tremendos conflictos sociales
(incluyendo guerras, revoluciones, crisis económicas, crisis
migratorias…). Por eso es necesario resaltar que la crisis del Corona
Virus no se provocó directamente por comportamientos sociales. Se
provocó, con los tintes estremecedores que conocemos, por el
desencuentro y el encontronazo entre la Humanidad y la Biosfera.
Basta con estos dos hechos para aportar un
principio de respuesta a la existencia real de la disyuntiva que
comentábamos. Porque constatan la evidencia que, en esta ocasión, el
perjuicio inmediato no afecta a la producción de bienes y servicios
privados. Estos son solo afectados de forma derivada, cuando hay que
declarar cuarentenas para salvaguardar a la población y hay que parar la
actividad productiva. Por eso, el principal afectado es el Bien Público
más preciado: la SALUD del género humano. Y, como se sabe desde
siempre, el sistema capitalista tiene su mayor fallo endógeno en la
gestión de esos bienes públicos. No sabe cómo hacerlo y, en cualquier
caso el propio sistema admite que necesita de regulación y no puede
quedar al arbitrio de las famosas leyes del mercado.
Y como la estrategia de la Competencia no
funciona para gestionar los Bienes Públicos y como, en la fase actual de
la historia, el crecimiento ha llegado a ser Insostenible, la única
alternativa viable pasa por la sustitución del paradigma del CRECIMIENTO
por el paradigma de la SOSTENIBILIDAD. De ahí la necesidad de embridar
el crecimiento y limitarlo.
Y es justamente en ese momento cuando la
disyuntiva (de la que hablamos más arriba) que parecería imposible que
existiese, se muestra con toda su ferocidad. Y es que, como decía el
viejo, sabio y conservador Schumpeter “El Capitalismo sin crecimiento
es una contradicción en los términos”. En otras palabras, el
Capitalismo sirve para crecer, pero no sirve para CUIDAR.
Es en ese contexto cuando aparece la
acusación que se está haciendo en el ámbito de la política (con
minúscula) española: “que se quiere solventar esta crisis con
planteamientos ideológicos”. Y la argumentación es más o menos la
siguiente “Como están en el poder (además de no ser ése su sitio),
quieren sacar sus antiguas proclamas colectivistas, que siempre arruinan
a los pueblos, y quieren aprovechar esta desgracia del Corona Virus
para arrebatarnos las libertades e implantar la barbarie comunista”
No
aceptan que el Crecimiento Continuo es un imposible en un mundo finito
(La Tierra). No aceptan que, en la actual etapa histórica, se trata de
un paradigma insostenible. Incluso, muchos de ellos y ante la falta de
argumentos, se apuntan al Negacionismo y a la Conspiranoia, cuando no a
la proclamación de bulos y a dudar de la ciencia. La mejor demostración
de todo esto, son sus propuestas para el Día Después. Todas están
basadas en intentar retornar a la casilla de salida como si no hubiera
pasado nada. Con el objetivo declarado de seguir creciendo. Midiendo
todas las cuestiones por las que muestran interés, de acuerdo con los
viejos medidores del crecimiento cuantitativo. Su proyecto solo prevé
retornar a AYER.
PERO SÍ ESTAMOS ANTE UNA ENCRUCIJADA
Y, como se sabe, la mejor forma de
afrontar esta pandemia es intentar analizarla, comprenderla y
explicarla. Solo así se podrán plantear con solvencia las soluciones
posibles.
Pero entramos en el campo de la Complejidad.
Comenzamos proponiendo que el Crecimiento
continuo, tal como se considera convencionalmente, es insostenible no
solo porque es imposible en sus términos sino porque, además en la etapa
actual, ha sobrepasado los ritmos y márgenes de la Sostenibilidad.
Sabemos que la huella ecológica actual de la Humanidad sobrepasa las
potencialidades del Planeta. Por ejemplo ya se sabe que, sin ninguna
duda y de acuerdo con la comunidad científica internacional, el Cambio
Climático se debe en gran parte a la desarretada actividad productiva
forzada por la idea del Crecimiento Continuo. El caso más significativo
es el de China. Allí, no fue necesario que llegara el Corona Virus para
que la población tuviera que usar mascarillas para poder respirar. El
famoso y envidiado crecimiento de dos dígitos fue tan dañino que
envenenó el aire de las grandes ciudades. El no cuidar el aire, llevó a
que la contaminación hasta se pudiera ver. La prueba definitiva que el
Cambio Climático está provocado por la actividad humana (que pudo
hacerse a escala planetaria y de forma inimaginable antes de la
pandemia), fue que el confinamiento produjo una disminución insospechada
de la contaminación. La evidencia es tan poderosa que, negacionismos
aparte, ya se ha asumido socialmente. Sin embargo, en la práctica
política parece lo contrario, como se desprende de la respuesta
internacional, parcial e insuficiente a la que se ha llegado hasta
ahora.
Pero el Cambio Climático no viene solo.
Las arremetidas insostenibles se vienen produciendo en la totalidad de
la Biosfera generando la destrucción del Medio Ambiente y la creciente
Pérdida de Biodiversidad. A estos efectos el clásico y convencional
principio de Causalidad, incluso autolimitado desde sus orígenes en el
ámbito de las ciencias sociales (“ceteris paribus”), resulta del todo
insuficiente. Cuando se tiene que analizar el mundo de las complejidades
es imprescindible asumir el Principio de la Interdependencia (Gaia).
Resumiendo. El crecimiento continuo rompió
límites hasta entonces desconocidos y produjo graves desequilibrios en
la Naturaleza. Lo que antes había sido un nicho adecuado para la
interacción equilibrada de multitud de formas de vida, en un momento no
muy lejano hacia atrás, colapsó.
Y
ya no se puede seguir con el viejo modelo del Liberalismo, los mercados
y la libre competencia. Recordemos que ya, en la práctica, había mutado
a un sistema de enorme concentración y financiarización.
El Corona Virus nos ha empujado con
violencia contra la pared, nos ha metido en una pesadilla y nos ha
mostrado de forma escalofriante el significado, la trascendencia y el
valor de los Bienes Públicos. El más inmediato e importante de todos, el
derecho a una vida saludable. Que se había venido deteriorando porque
estaba fuera de plano y no podía ser considerado por el Paradigma del
Crecimiento
En esa tesitura es vital cambiar de modelo
EL PARADIGMA DE LA SOSTENIBILIDAD.
Este paradigma viene obligado por las
consecuencias de los tremendos desequilibrios producidos en el Medio
Natural y la masiva destrucción de la Biodiversidad. Que hacen a la
especie humana mucho más vulnerable ante una situación nueva, con
efectos desconocidos. Pero, a su vez, se crea un nuevo conflicto muy
peculiar y (utilizando una expresión muy actual) trasversal. Porque
todas las personas son igualmente vulnerables ante el Corona Virus, que
no distingue de clases, razas ni sexos para contagiarlas (al margen de
cómo las afecta después según la estructura social y de poder).
Y todo esto tiene una consecuencia
evidente y es que la única estrategia inteligente de comportamiento es
la COLABORACIÓN (incluso por motivos egoístas, y si introducimos
valores, podemos llegar a motivos solidarios y fraternales).
Es cierto que, más allá de la teoría, va a
costar mucho asumir el la práctica lo que supone este principio. Y
vamos a tener que intentar erradicar el principio del Crecimiento, que
nuestra forma de vida ha impreso en los ámbitos más profundos de nuestra
cultura material y espiritual.
SUS CARACTERÍSTICAS.
De otra parte, la Sostenibilidad tiene una
característica muy específica y es que tiene que ser Global y ampliarse
a todos los aspectos de la vida. Porque tiene que cuidar de los Bienes
Públicos y éstos no solo palpitan en el ámbito del Medio Ambiente.
También lo hacen en los planos Económico y Social. Porque allí donde
aparezcan profundos desequilibrios, algún Bien Público estará enfermo y
descuidado y habrá que atenderlo y cuidarlo. Y es que este nuevo tipo de
conflicto que hemos visto entre la Humanidad y el Medio Ambiente,
convive y se entrecruza con los conocidos Conflictos Sociales y
Políticos de toda la vida. Por eso hay tres aspectos donde tiene que
penetrar la Sostenibilidad. A) El ya visto del Medio Ambiente, con el
objetivo de restablecer equilibrios, recuperar Biodiversidad y mantener
los cuidados. B) El Económico, conquistando el Nuevo Modelo Energético a
partir de las renovables; la producción de artículos robustos y sin
obsolescencia programada; robotizar al máximo todo tipo de operaciones
rutinarias incorporando las impresoras de tres dimensiones. A todas
estas, el mayor volumen de empleo tendrá que alcanzarse en el sector
Servicios, ya que la Sostenibilidad tendrá aquí su personalidad más
acusada: La Sociedad de los Cuidados. Y habrá que atender a los recursos
naturales, por ejemplo a la limpieza de los mares. Pero también a los
cuidados de los sectores sociales más desprotegidos, como las personas
mayores y los inmigrantes. C) Y el Social. En donde se tendrá que
garantizar la desaparición de las desigualdades más importantes. Donde
se garantizará la existencia y suficiencia de los Servicios Públicos más
necesarios para mantener una palpitante cohesión social y que, de
verdad, “nadie se quede atrás”. Por último, la consolidación de un
sistema laboral que garantice empleo digno para todos y el refuerzo de
las organizaciones representativas de trabajadores y empresarios. Como
cierre de todo este esquema, la consolidación de un nuevo Sistema Fiscal
justo, redistributivo y poderoso. La Sostenibilidad es Global o no es.
Simultáneamente
y en la perspectiva de la consolidación de esa sociedad sostenible, hay
que considerar lo siguiente. Cualquier intento de solución de un
problema, tiene que plantear la propuesta de solución en el mismo nivel
en que está situado el problema. Por eso si la pandemia, igual que el
Cambio Climático o la pérdida de la Biodiversidad, tienen dimensión
planetaria, la respuesta tendrá que situarse justo en ese mismo ámbito.
Lo que implica ¡nada menos! que crear Instituciones en ese mismo nivel y
con los auténticos tres poderes constitucionales. [Cierto es que todo
esto parece inimaginable. Pero dos cosas. a) Todo el mundo no se cansa
de repetir que el “mañana” no será igual que el “ayer”. b) El espíritu
de supervivencia del género humano existe y, si las consecuencias de
caminar hacia el precipicio llaman a rebato, se hará de la necesidad
virtud.] En cualquier caso, el principal problema al que se tendrá que
hacer frente en este ámbito es el de las terribles desigualdades que
existen entre el mundo enriquecido y el empobrecido. Que se mide y se
seguirá valorando por las muy importantes corrientes migratorias. Amén
del enjambre de guerras, fundamentalismos y problemas conexos.
Por último, el papel de la Ciencia. Hay
propuestas que abogan porque la solución del problema del Corona Virus
está en la Ciencia y que, cuando se descubra la vacuna se resolverá el
problema. Pero entendemos que esta concepción de la Ciencia es del todo
insuficiente. Su verdadero papel ante esta pandemia es intentar
estudiar, entender y conocer el problema en su conjunto. Y afrontar el
futuro de la Humanidad desde el paradigma de la Sostenibilidad.
La Ciencia puede correr el peligro de
quedarse secuestrada por la Tecnología. Pero también tiene la luminosa
posibilidad de hermanarse con la Sabiduría.
*Antonio González Viéitez es Economista. Fue profesor de Economía en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
fuente: https://juanglujan.wordpress.com/
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