lunes, 27 de abril de 2020

La vida empuja

 Marisol Ayala
En los hospitales generales de Canarias se está viviendo con discreción la calidad humana del personal sanitario para multiplicarse y estar al lado de las asustadas parturientas, atenderlas, tranquilizarlas. Médicos que han mutado en padres, parturientas que han derivado en hijas y padres primerizos que aguardan en casa esa llamada que con siete palabras lo dice todo.

“Ella está bien y el bebé, igual”. El tiempo de aislamiento en un hospital siempre es mucho, eterno. El bebé en un área, la mamá en otro y el papá en casa aguardando noticias. Ese compromiso sanitario no tiene precio en días como los que vivimos. La mañana que hablé con amigos médicos del centro comentaron en qué estado de nerviosismo y temor llegan las madres primerizas al Materno junto a su pareja. Miedo compartido. Es lógico, han visto en los medios imágenes que no le han dado seguridad respecto a sufrir un contagio y poner en peligro su vida o la de su bebé. Aterrorizadas. Es entonces cuando asoma la mejor cara del médico, enfermera, etc. Los gestores del Materno, en cuyo centro nacen cada día, ya lo saben, alrededor de 13 bebés, decidieron con muy buen tino, aislar a esas mujeres en áreas del hospital pero con el personal sanitario pendiente de ellas para controlar sus miedos. Desde ese semi aislamiento el personal las visita y sirve de puente entre la paciente y su familia mientras las enfermeras informan cómo está el bebé que por un contagio se encuentra en otra planta. Impagable tarea que lidera por experiencia y conocimientos el Jefe de Ginecología y Obstetricia del Materno Infantil, José Ángel García, que junto a sus compañeros se han hecho cargo de un material tan sensible como es la mujer que en días de coronavirus deben entrar en un hospital percibiendo que son lo más importante.
La vida empuja, se abre paso pese a todo.
fuente:  https://marisolayalablog.wordpress.com/

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