A 10.000 kilómetros de Corea del Sur, en un caserío de Navarra, ya utilizan los excrementos humanos para producir biogás y con ello energía renovable de autoconsumo. De hecho, recientemente informábamos sobre una iniciativa para crear retretes con digestores anaerobios incorporados que solucionaran las carencias energéticas y sanitarias en comunidades locales aisladas.
Tanzania y Bristol y hasta el festival de musica de Glastonbury (ambos en Inglaterra) también cuentan con iniciativas de generación de biogás a partir de los excrementos y la orina de las personas. Pero lo novedoso de la investigación del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan (Unist en sus siglas en inglés) es la posibilidad de aplicarlo a un retrete doméstico y a escala de una comunidad de vecinos.
Además, con este sistema se ahorra agua e inversión en depuración de las residuales, ya que succiona en seco los excrementos a través de una red que conecta los retretes con el reactor que producirá el biogás. La investigación, denominada BeeVi Toilet y enmarcada en el proyecto Science Walden del Unist, ya ha desarrollado varios modelos inodoros.
Análisis médicos y comida a cambio de tus excrementos
En el proceso final se investiga incluso con la posibilidad de fabricar biodiésel a partir de las microalgas que crecen con el dióxido de carbono que se obtiene al purificar el biogás en biometano. Pero, antes, sentados en el retrete, y dependiendo del modelo, su diseño ayuda a mejorar nuestra postura para facilitar los movimientos intestinales e incluso incorpora un sistema instantáneo de análisis de orina y de heces que el usuario puede conocer al momento en su móvil.
Por último, otra innovación es la conversión de los excrementos en moneda. Jaeweon Cho, director de Science Walden de la Escuela de Ingeniería Urbana y Ambiental del Unist, lo defiende en un artículo publicado en la web de la Fundación Edge, al ponerlo como ejemplo de una moneda más con el nombre de Feces Standard Money (FSM), literalmente “sistema monetario con heces”.
Este modelo lo han puesto en práctica en el propio campus universitario de la Unist. Toda aquella persona que deposite sus excrementos en los retretes utilizados dentro de la investigación y que cuenten con una aplicación en sus móviles al efecto, pueden canjear el equivalente de sus heces por diferentes productos y comidas a adquirir en el campus.
fuente: https://www.energias-renovables.com/biogas/y-si-el-autoconsumo-comienza-en-20190125
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