miércoles, 2 de enero de 2019

ALEGRE Y MULTITUDINARIA PARTICIPACIÓN SOLIDARIA EN LA HPS SAN SILVESTRE 2018

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José Antonio Cabrera. ASSOPRESS

Con disfraces, el esmoquin ya puesto, tutús, diademas, gafas, pelucas y sombreros de fantasía. Alusivos al fin de año, a la Navidad, ataviados de Papá Noel, de Reyes Magos, camellos o de superhéroes. Con la familia, los amigos o las mascotas. De cualquier edad y condición, un total de 12.001 personas se dieron cita en la tarde de fin de año para cumplir con lo que es ya una cita ineludible del 31 de diciembre: correr la Hospital Perpetuo Socorro de Las Palmas de Gran Canaria.
La tradicional marea humana, que ya es casi un tsunami, tomó las calles capitalinas para disfrutar de una carrera en la que el colorido, el buen rollo, el deporte y la solidaridad se unen para crear un ambiente en la que las sonrisas son marca de la casa. Con un 47% de participación femenina y un 53% masculina, se trata además de una de las carreras más igualadas por géneros
Y es que la HPS San Silvestre no sólo engancha a los que la prueban, entre los que suele convertirse en una auténtica tradición, sino que cada año suma nuevos adeptos. Prueba de ello son los mil participantes más que en su edición de 2017 que la convierten en la tercera carrera de fin de año más numerosa de las más de 200 que se celebran a lo largo de toda la geografía nacional, tras la Vallecana de Madrid y la valenciana y superando ya ampliamente a su homóloga barcelonesa.
No es para menos. El buen tiempo que la acompaña, con temperaturas primaverales que permiten correr en manga corta en pleno diciembre; su marcado carácter solidario, y su ambiente festivo e integrador, que invita a participar a personas de toda condición física y edad, e incluso a sus mascotas, hacen de esta prueba un cóctel irresistible. Y de lo más saludable, atrayendo cada año a personas de diferentes nacionalidades y procedentes de otras islas y rincones de la geografía peninsular. En la salida se sumaron participantes de más de 40 nacionalidades además de corredores procedentes de la Península y el resto del archipiélago. Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Bélgica, Polonia y Méjico encabezan los países con más participantes en una lista en la que se encuentra incluso Japón.
De hecho, la prueba contó con la presencia del atleta y periodista alemán David Valentin, que escribirá sobre la HPS San Silvestre en el medio deportivo Laufzeit & Condition para continuar con su internacionalización.
La fiesta se inició con la carrera infantil, que batió también récord de participación con 846 inscritos. En carritos los más pequeños y llenos de energía los más mayores, solos o acompañados de sus padres, completaron los 600 metros del trazado junto a unos simpáticos payasos que provocaron muchas risas entre la chiquillería.
Poco antes del inicio de la carrera se produjo la llegada del corredor Marcos Yánez tras un recorrido por distintos puntos de Gran Canaria concienciando sobre la necesidad de donar médula ósea para salvar vidas. La carrera, enmarcada en la campaña emprendida para fomentar las donaciones por parte de Hospital Perpetuo Socorro, concluyó con su participación en la HPS San Silvestre, que de esta manera aumentaba sus objetivos solidarios.
A las 17.00 horas llegó el turno de la prueba adulta, con 11.162 participantes que se distribuyeron entre el cajón de los más rápidos, en busca de marca, y el de la gran mayoría que realiza el recorrido incluso caminando, con la televisión canaria como testigo de excepción, que un año más retransmitió en directo la carrera. Y es que en la HPS San Silvestre la competitividad es lo de menos, lo que prima son las ganas de pasar un buen rato realizando algo de deporte que active las endorfinas y ayude ante los remordimientos de la cena de fin de año.
Tras el calentamiento solidario, la banda Duke’s de Manolo Guerra, acompañada este año por Juan Dávila, de Swingstars, fueron los encargados con su actuación altruista de dar la bienvenida a los 12.000 participantes y al público presente suponiendo el pistoletazo de salida de la carrera.
Y es que en esta prueba la solidaridad ocupa un lugar predominante y todos ponen su granito de arena en aras de ayudar a los demás. Por ello el importe íntegro de las inscripciones va a parar a los proyectos sociales que gestionan la Asociación Española contra el Cáncer, Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Médicos del Mundo, Aldeas Infantiles, Fundación Alejandro Da Silva, Unicef y Cruz Roja.
Dada la enorme cantidad de participantes, los más rápidos superaban con mucho la mitad del recorrido mientras que algunos estaban aún cruzando la línea de salida. De hecho, el último corredor empezó la prueba unos 15 minutos después de hacerlo los primeros.
Desde la salida, situada en la calle León y Castillo, a la altura del Parque Romano, los corredores se desviaron a la izquierda por la calle Juan XXIII, para continuar a mano derecha por Luis Doreste Silva en dirección contraria. La carrera continuó por Venegas y Rafael Cabrera, girando de derecha en dirección contraria en la Carretera del Centro (GC-110), a la altura de Obispo Codina entrará en la calle Juan de Quesada. Posteriormente viró a la derecha a la altura de Juan de Quesada, 11, para salir a la Carretera del Centro (GC-110) nuevamente en sentido de circulación a la altura de Obispo Codina con calle Muro y pasó a la Carretera del Centro en dirección contraria transcurriendo por delante de la Plaza Hurtado de Mendoza para continuar por la calle Lentini, girando de izquierda para seguir por Rafael de Cabrera sentido sur delante del Teatro Pérez Galdós, continuar a la izquierda por Miguel de Cervantes y Calle Losero girando a la derecha para continuar por Francisco Gourié y nuevamente a la izquierda enfiló la calle Triana. Finalmente continuó por todo León y Castillo hasta meta.
Los tres primeros clasificados en la prueba masculina adulta fueron Saúl Castro Santana, del equipo HPS Triatlón, con un tiempo de 18 minutos; seguido de Alejandro Santana González, con 18 minutos y ocho segundos, el mismo tiempo que el británico Scott Fraser, siendo necesaria la intervención de los jueces. Más emoción imposible. En la prueba femenina la victoria fue nuevamente para Kerstin Engelmann-Pilger, del equipo 3Com Squad, con un tiempo de 22 minutos y 25 segundos, completando el podio Beatriz Rodríguez Gutiérrez, con un crono de 22 minutos y 36 segundos, y las noruega Lone Karin Brochmann, con 22 minutos y 38 segundos.
Por el contrario, los últimos finalizaron rozando la hora y media siendo recibidos entre aplausos y con tanta ilusión como los primeros. De hecho, corredores esperando a sus amigos para cruzar juntos la meta, o grupos parándose a bailar en los semáforos fueron la tónica de una prueba en la que la diversión, la solidaridad y el buen rollo fueron, un año más, los protagonistas y que se cerró con la entrega de premios a los primeros clasificados en la general y el sorteo de regalos para los participantes.
Hospital Perpetuo Socorro, además de patrocinador de la carrera, volvió a actuar como servicio médico oficial, cuidando la salud de todos sus participantes y público presente. Calambres, contracturas y deshidrataciones ocuparon el grueso de las intervenciones médicas que precisaron no obstante en algunos casos de traslado al centro hospitalario para continuar la asistencia, diagnóstico y tratamiento.
Para su labor, Hospital Perpetuo Socorro puso a disposición de la prueba dos completos hospitalitos equipados para afrontar cualquier eventualidad situados en la línea de meta y en la zona del Teatro Pérez Galdós. Entre su personal se encontraban médicos intensivistas, pediatras, traumatólogos, diplomados universitarios en enfermería (DUE) y auxiliares así como seis ambulancias y tres vehículos de intervención rápida. En total, en torno a una treintena de profesionales del ámbito de la salud, seis ambulancias y tres vehículos de intervención rápida para atender con la mayor agilidad posible cualquier contingencia médica en un dispositivo comandado por la doctora Clara Quintana, especialista en Medicina Deportiva y responsable de esta unidad en Hospital Perpetuo Socorro.
Asimismo, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estableció un dispositivo especial de tráfico por parte de la Policía Local, con 70 efectivos policiales y agentes de movilidad, y uno de limpieza con 16 trabajadores. Unos 400 voluntarios coordinados por el Club Deportivo Trican también colaboraron junto a Protección Civil para sumar más de 500 personas que se encargaron de que la carrera concluyera sin incidencias destacables. 

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