José Antonio Cabrera. ASSOPRESS
Con
disfraces, el esmoquin ya puesto, tutús, diademas, gafas, pelucas y
sombreros de fantasía. Alusivos al fin de año, a la Navidad,
ataviados de Papá Noel, de Reyes Magos, camellos o de superhéroes.
Con la familia, los amigos o las mascotas. De cualquier edad y
condición, un total de 12.001 personas se dieron cita en la tarde de
fin de año para cumplir con lo que es ya una cita ineludible del 31
de diciembre: correr la Hospital Perpetuo Socorro de Las Palmas de
Gran Canaria.
Y
es que la HPS San Silvestre no sólo engancha a los que la prueban,
entre los que suele convertirse en una auténtica tradición, sino
que cada año suma nuevos adeptos. Prueba de ello son los mil
participantes más que en su edición de 2017 que la convierten en la
tercera carrera de fin de año más numerosa de las más de 200 que
se celebran a lo largo de toda la geografía nacional, tras la
Vallecana de Madrid y la valenciana y superando ya ampliamente a su
homóloga barcelonesa.
No
es para menos. El buen tiempo que la acompaña, con temperaturas
primaverales que permiten correr en manga corta en pleno diciembre;
su marcado carácter solidario, y su ambiente festivo e integrador,
que invita a participar a personas de toda condición física y edad,
e incluso a sus mascotas, hacen de esta prueba un cóctel
irresistible. Y de lo más saludable, atrayendo cada año a personas
de diferentes nacionalidades y procedentes de otras islas y rincones
de la geografía peninsular. En la salida se sumaron participantes de
más de 40 nacionalidades además de corredores procedentes de la
Península y el resto del archipiélago. Alemania, Italia, Reino
Unido, Francia, Bélgica, Polonia y Méjico encabezan los países con
más participantes en una lista en la que se encuentra incluso Japón.
De
hecho, la prueba contó con la presencia del atleta y periodista
alemán David Valentin, que escribirá sobre la HPS San Silvestre en
el medio deportivo Laufzeit
& Condition
para continuar con su internacionalización.
La
fiesta se inició con la carrera infantil, que batió también récord
de participación con 846 inscritos. En carritos los más pequeños y
llenos de energía los más mayores, solos o acompañados de sus
padres, completaron los 600 metros del trazado junto a unos
simpáticos payasos que provocaron muchas risas entre la
chiquillería.
Poco
antes del inicio de la carrera se produjo la llegada del corredor
Marcos Yánez tras un recorrido por distintos puntos de Gran Canaria
concienciando sobre la necesidad de donar médula ósea para salvar
vidas. La carrera, enmarcada en la campaña emprendida para fomentar
las donaciones por parte de Hospital Perpetuo Socorro, concluyó con
su participación en la HPS San Silvestre, que de esta manera
aumentaba sus objetivos solidarios.
A
las 17.00 horas llegó el turno de la prueba adulta, con 11.162
participantes que se distribuyeron entre el cajón de los más
rápidos, en busca de marca, y el de la gran mayoría que realiza el
recorrido incluso caminando, con
la televisión canaria como testigo de excepción, que un año más
retransmitió en directo la carrera. Y es que en la HPS San Silvestre
la competitividad es lo de menos, lo que prima son las ganas de pasar
un buen rato realizando algo de deporte que active las endorfinas y
ayude ante los remordimientos de la cena de fin de año.
Tras
el calentamiento solidario, la banda Duke’s
de Manolo Guerra, acompañada este año por Juan Dávila, de
Swingstars,
fueron los encargados con su actuación altruista de dar la
bienvenida a los 12.000 participantes y al público presente
suponiendo el pistoletazo de salida de la carrera.
Y
es que en esta prueba la solidaridad ocupa un lugar predominante y
todos ponen su granito de arena en aras de ayudar a los demás. Por
ello el importe íntegro de las inscripciones va a parar a los
proyectos sociales que gestionan la Asociación Española contra el
Cáncer, Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Médicos del
Mundo, Aldeas Infantiles, Fundación Alejandro Da Silva, Unicef y
Cruz Roja.
Dada
la enorme cantidad de participantes, los más rápidos superaban con
mucho la mitad del recorrido mientras que algunos estaban aún
cruzando la línea de salida. De hecho, el último corredor empezó
la prueba unos 15 minutos después de hacerlo los primeros.
Desde
la salida, situada en la calle León y Castillo, a la altura del
Parque Romano, los corredores se desviaron a la izquierda por la
calle Juan XXIII, para continuar a mano derecha por Luis Doreste
Silva en dirección contraria. La carrera continuó por Venegas y
Rafael Cabrera, girando de derecha en dirección contraria en la
Carretera del Centro (GC-110), a la altura de Obispo Codina entrará
en la calle Juan de Quesada. Posteriormente viró a la derecha a la
altura de Juan de Quesada, 11, para salir a la Carretera del Centro
(GC-110) nuevamente en sentido de circulación a la altura de Obispo
Codina con calle Muro y pasó a la Carretera del Centro en dirección
contraria transcurriendo por delante de la Plaza Hurtado de Mendoza
para continuar por la calle Lentini, girando de izquierda para seguir
por Rafael de Cabrera sentido sur delante del Teatro Pérez Galdós,
continuar a la izquierda por Miguel de Cervantes y Calle Losero
girando a la derecha para continuar por Francisco Gourié y
nuevamente a la izquierda enfiló la calle Triana. Finalmente
continuó por todo León y Castillo hasta meta.
Los
tres primeros clasificados en la prueba masculina adulta fueron Saúl
Castro Santana, del equipo HPS Triatlón, con un tiempo de 18
minutos; seguido de Alejandro Santana González, con 18 minutos y
ocho segundos, el mismo tiempo que el británico Scott Fraser, siendo
necesaria la intervención de los jueces. Más emoción imposible. En
la prueba femenina la victoria fue nuevamente para Kerstin
Engelmann-Pilger, del equipo 3Com Squad, con un tiempo de 22 minutos
y 25 segundos, completando el podio Beatriz Rodríguez Gutiérrez,
con un crono de 22 minutos y 36 segundos, y las noruega Lone Karin
Brochmann, con 22 minutos y 38 segundos.
Por
el contrario, los últimos finalizaron rozando la hora y media siendo
recibidos entre aplausos y con tanta ilusión como los primeros. De
hecho, corredores esperando a sus amigos para cruzar juntos la meta,
o grupos parándose a bailar en los semáforos fueron la tónica de
una prueba en la que la diversión, la solidaridad y el buen rollo
fueron, un año más, los protagonistas y que se cerró con la
entrega de premios a los primeros clasificados en la general y el
sorteo de regalos para los participantes.
Hospital
Perpetuo Socorro, además de patrocinador de la carrera, volvió a
actuar como servicio médico oficial, cuidando la salud de todos sus
participantes y público presente. Calambres, contracturas y
deshidrataciones ocuparon el grueso de las intervenciones médicas
que precisaron no obstante en algunos casos de traslado al centro
hospitalario para continuar la asistencia, diagnóstico y
tratamiento.
Para
su labor, Hospital Perpetuo Socorro puso a disposición de la prueba
dos completos hospitalitos equipados para afrontar cualquier
eventualidad situados en la línea de meta y en la zona del Teatro
Pérez Galdós. Entre su personal se encontraban médicos
intensivistas,
pediatras, traumatólogos, diplomados universitarios en enfermería
(DUE) y auxiliares así como seis ambulancias y tres vehículos de
intervención rápida. En total, en torno a una treintena de
profesionales del ámbito de la salud, seis ambulancias y tres
vehículos de intervención rápida para atender con la mayor
agilidad posible cualquier contingencia médica en un dispositivo
comandado por la doctora Clara Quintana, especialista en Medicina
Deportiva y responsable de esta unidad en Hospital Perpetuo Socorro.
Asimismo,
el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estableció un
dispositivo especial de tráfico por parte de la Policía Local, con
70 efectivos policiales y agentes de movilidad, y uno de limpieza con
16 trabajadores. Unos 400 voluntarios coordinados por el Club
Deportivo Trican también colaboraron junto a Protección Civil para
sumar más de 500 personas que se encargaron de que la carrera
concluyera sin incidencias destacables.
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