Ahora o nunca en el Manzanares

Asoma la UD Las Palmas en el Calderón, última visita de la historia en la Liga al Manzanares (15.15 horas), con el Atlético en plena crisis existencial. Y sí, entre el atrevimiento propio y las inquietudes ajenas, se percibe una oportunidad tremenda para romper esta tarde la quiniela y acertar en el tiro.

La UD mantiene intacto su filo. No pesan sus últimas actuaciones, con empates consecutivos ante Alavés y Leganés y, de añadido, ciertos retrocesos en su despliegue artístico. Tampoco se dramatiza con la persistente baja de Boateng, pieza capital, o que, en esta ocasión, la defensa se sostenga entre alfileres, lesionado Aythami y sancionado David García. Setién nunca negocia y pide el máximo a los suyos. Más, cuando huele la sangre. Porque los números son los que son y el Atlético actual es el peor desde que vive bajo el manto protector de Simeone. Ha ganado menos partidos que nunca a estas alturas (7), ha caído con mayor frecuencia (4) y ofrece, también, el dato más acentuado de goles encajados (14).

Cierto que nada garantizan estos datos y en los pronósticos siguen siendo los locales los que computan en los porcentajes. Jerarquías del fútbol nacional. Pero, a noventa minutos, y nivelados los depósitos de motivación, el partido invita a la competencia y, por qué no, al optimismo. La UD ya se ha defendido con decencia y colmillo en plazas tan exigentes como Mestalla (2-4), el Sánchez Pizjuán (derrota mínima por 2-1, con penalti polémico al final) o El Madrigal (idéntico desenlace que en Sevilla). Hoy la pretensión no es otra que la de mantener los rasgos identificativos, lo que llevará a discutirle la pelota al Atlético. Mirar al área, dejarse los complejos en la caseta. Esa virilidad, por no entrar en términos castizos, como perfecto complemento al juego que ya se tiene en las botas. A pulmón fue capaz esta UD de frenar al Real Madrid. Por ahí está el camino y se entiende que las posibilidades de prosperar. Setién espera un Atlético herido y corajudo, que apelará al corazón para maquillar sus turbulencias. En la víspera, sin ir más lejos, Simeone capeó como pudo las preguntas relativas a su futuro, señal inequívoca de que algo no va del todo bien. Encima, faltará Oblak, acaso el portero más fiable de Primera y al que una lesión de hombro le tendrá fuera de combate hasta febrero. Pésima noticia para su equipo, en el que también se extraña la sincronía perdida. Los murmullos en el Manzanares van a ser inevitables si las cosas no salen desde el principio. Otro posible aliado más para los intereses de la UD, con poco que perder y todo por ganar.

Las variaciones en el once habitual  afectarán, salvo sorpresa, a la línea defensiva. Lemos entrará por David García, enorme el escenario para que el uruguayo salga del anonimato que lleva esta campaña. Y, por la izquierda, se da por segura la permuta Dani Castellano por Hélder. El canterano dejó atrás su lesión y el luso apenas dio señales de vida. No hay color. El resto de las piezas, las de siempre. Tampoco hay mucho para elegir dada la diferencia que se ha abierto entre los que juegan semana a semana y los que aspiran a abrirse hueco. Por encima de los nombres, la UD y su firme propósito de darse un homenaje en un estadio al que ya no volverá en el campeonato doméstico. Despedida con honores del Calderón, desde 1969 territorio vetado. Hoy. O nunca.

Alineaciones probables:

Atlético de Madrid: Moyá; Vrsaljko, Savic, Godín, Lucas; Saúl, Gabi, Koke; Griezmann, Gameiro y Carrasco.

Las Palmas: Javi Varas; Míchel Macedo, Lemos, Bigas, Dani Castellano; Roque Mesa; Tana, Vicente Gómez, Jonathan Viera, Momo o El Zhar; y Livaja.

Árbitro: Mario Melero (C. Andaluz).

Estadio: Vicente Calderón.

Hora: 15.15.

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