Tan bello que duele

Son las 7:30 de la mañana cuando saltamos de la cama emocionados y nos asomamos por el ojo de buey del barco Esperanza. No, no ha sido un sueño, estamos de verdad en el Polo Norte, el Ártico es real y lucha sin descanso por conservarse.

Arne, el piloto, nos anuncia que hemos llegado al borde del hielo marino Ártico y que la capa de hielo es lo suficientemente gruesa como para que podamos desembarcar.

La imagen es fascinante. El hielo marino flota a la derivamientras da cobijo en sus adentros a una fauna increíble entre la que se encuentran osos polares, focas, narvales y ballenas.

Bajamos junto con Carlos Bardem, Alberto Ammann y Álvaro Longoria. Trabajan en la toma de imágenes y vídeos para una pieza documental que servirá para llegar más lejos con nuestra campaña, dando a conocer la situación del Ártico y la importancia de su protección.

La sensación que tengo entre emoción, miedo, nervios y fascinación es muy difícil de describir. Me estremezco de solo pensar que en días de verano de las próximas décadas veremos el Ártico sin hielo debido al calentamiento global y de que el hielo que piso ahora amenaza con derretirse debido al uso insaciable del petróleo, del gas y del carbón y a la explotación de sus recursos.

Pero el alto Ártico no debería pertenecer a ningún país ni a ninguna empresa. El Ártico es único, mágico, maravilloso. Como escribe Carlos Bardem, "es algo tan bello que duele". Todavía estamos a tiempo. Está en nuestras manos protegerlo. Juntos podemos conseguir que se mantengan lejos de aquí los intereses de las petroleras que ven en el deshielo una oportunidad para explotarlo.

Tatiana Nuño

Responsable de la campaña de Cambio Climático