El accidente que acabó con la vida de los buzos
profesionales Aconay Barreto y Kilian Sosa ha destapado un cúmulo de presuntas
irregularidades en la empresa donde trabajaban. Un excompañero, Ayoze Rivero,
denuncia que las condiciones de trabajo eran pésimas, con equipos en mal estado
y que tenían que «hacer burradas» bajo el agua por miedo al despido
Este buzo de 24 años realizó el curso junto a los fallecidos y
era un buen amigo de Aconay. Estuvo haciendo sustituciones durante 16 días en
la empresa Granja Marina Playa de Vargas-Opulent Ocean y quiso salir a la
palestra para hacer público que «nos teníamos que tirar al agua con los
reguladores mal. A veces lo hacíamos con el auxiliar porque el principal no
funcionaba», exclamó. «Llegué a llorar y la burrada más grande fue bucear solo,
con un solo regulador y el otro roto en inmersiones de perfil de diente de
sierra, subiendo y bajando cuatro veces en una misma jaula», recuerda.
A los dueños de la empresa nunca los conoció, sólo al encargado
«Marcos, que era el que me dijo que las condiciones eran esas y si no me
gustaba, tenía más currículums para llamar a otra gente», denuncia. «No culpo
al encargado, puesto que seguro que estaría en la misma situación que nosotros
con la presión que le meten los dueños», añade.
Ayoze Rivero tenía un contrato de buzo acuicultor y no estaba
dado de alta en ningún barco, algo que es obligatorio: «Estaba cometiendo una
irregularidad y lo sabía, pero necesitaba el dinero. En los 16 días que estuve
trabajando allí, buceé solo casi siempre. Yo solo tenía que hacer las doce
jaulas, es decir, doce inmersiones en un sólo día. Todo eso por 1.062 euros al
mes», denuncia.
CANARIAS7 intentó recoger ayer la versión de la empresa sin
éxito.
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=345820

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