Hace tiempo que los bares de ostras (oyster bars) conquistaron el mapa culinario neoyorquino. Clásicos como Grand Central Oyster Bar, en la fabulosa Central Station, siguen siendo lugar de peregrinación obligada para los amantes de sentarse en una barra e ir pidiendo por unidades o medias docenas estas delicias marinas sobre hielo picado. Los hay más sofisticados, glamurosos y originales, pero en el menú de cualquier oyster barneoyorquino que se precie hay un nombre que se repite una y otra vez: Blue Point, la únicaostra de las cinco variedades que se dan en Estados Unidos que se cultiva en Nueva York.
Para conocer y probar este caprice de mar, el Peninsula New York, uno de los hoteles que capitanea la hostelería de lujo en Manhattan, ofrece a su distinguida clientela la posibilidad de hacer una excursión a la vecina Long Island para conocer de primera mano todos los pormenores del cultivo de este tipo de ostra. The Peninsula Academy -así llama esta cadena asiática su catálogo de experiencias ideadas para el huésped- le propone, eso sí, un tour muy VIP que empieza subiendo a un hidroavión para planear sobre la Great South Bay. Es ahí donde se encuentra la granja de ostras de Blue Island, único y orgulloso productor en la tierra de la Blue Point.
En Blue Island Oyster Farm les espera su dueño, quien les guiará a través de las instalaciones explicándoles el delicado ecosistema en el que se encuentran. Los matices de sabor que tiene una ostra depende por supuesto de dónde procede, de cómo se filtra el agua y cómo se manipula. Todo lo que ocurre en su hábitat repercute en su calidad. Y tras la clase teórica, viene la práctica. Los huéspedes tendrán la oportunidad de meterse en el agua y rescatar los deliciosos moluscos con sus propias manos. Ni que decir tiene que tras el trabajoso chapoteo, los huéspedes disfrutarán de una mariscada sobre el muelle preparada por un chef gourmet antes de regresar en limosina a la ciudad.
Esta bucólica jornada en el mar no es la única originalidad que propone el Peninsula. Los clientes que visiten Nueva York tienen la oportunidad de aprender los secretos de preparación de un cóctel perfecto tipo el Ning Sling, uno de los más célebres del Peninsula. Además podrán realizar un tour entre bambalinas de Broadway, hacer una visita privada del MoMa, sentarse a disfrutar de un picnic inolvidable en Central Park o tomar el brunch en Harlem... todo planes cien por cien New York, como la Blue Point.
http://www.ocholeguas.com/
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