El Partido Socialista ha reclamado a sus diputados que mantengan la disciplina de voto en la sesión del próximo miércoles 11 de junio, donde la Cámara baja dará vía libre, si se cumplen todos los pronósticos, a la ley sobre la sucesión del Rey. Eso sí, no lo hará sin polémica, ya que en las filas socialistas algunos diputados no esconden su malestar con Alfredo Pérez Rubalcaba por rechazar cualquier debate interno sobre la convocatoria de un referéndum. Muchos, incluso, han insinuado que votarán en contra.
Aunque la Constitución deja claro que los escaños pertenecen a los parlamentarios electos, y en su artículo 67.2 establece que «los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo», el PP y en el PSOE cuentan con reglamentos internos que castigan las posturas díscolas con severidad.
Estos diputados, además, tendrán que escenificar su ruptura con la disciplina públicamente, ya que habrá voto por llamamiento en la votación de la ley orgánica de abdicación del Rey Juan Carlos. Esto significa que deberán levantarse y comunicar a viva voz su postura.
Antes de esta votación tendrá lugar un largo debate este martes 10 en el Congreso de los Diputados cuando los socialista se reunan para abordar todo el asunto de la sucesión. Allí, a las 13:00 horas, media docena de parlamentarios van a exigir a la dirección que discuta el sentido de voto del PSOE.
La indisciplina en las filas socialistas
PSOE cuenta con un largo historial de diputados díscolos. Uno de los casos más recientes y conocidos fue la sanción a Carmen Chacón y a otros 13 diputados del PSC por no respetar la disciplina de voto en el debate sobre el derecho a decidir en Cataluña. A la exministra de Defensa se le impuso la sanción máxima posible: 600 euros por su decisión de no votar durante esa sesión parlamentaria.
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