Nos recibe en la piscina de su espléndida mansión de California, situada a pocos kilómetros de lasede de Allergan Inc., la empresa en la que trabaja desde 2002 con el nombre de Botox y desde la que ha llegado a situarse como el tratamiento estético más consumido del planeta.
Viste un batín de seda -“regalo de Hugh Hefner, mi amigo y vecino”- y una esplendida sonrisa de sobrecargo que, como le sucede a Tony Blair, parece no despegársele del rostro. Bebe un zumo de color verde -“si supiera cuantas ‘celebs’ me lo han recomendado”- y la pipa que fuma es la única adicción que traiciona su apariencia de maduro saludable.
Se mantiene realmente bien a sus 119 años. Es consciente de la atracción que provoca en millones de mujeres (y hombres). Coqueto, jovial, pero al mismo tiempo tóxico y letal, solo se sulfura cuando se le recuerda su relación con el régimen nazi.
No todas las toxinas llegan tan lejos y gozan de tan buena fama como usted ¿Cuál es el secreto de su éxito?
Mi caso es peculiar ¿sabe? He trabajado duro. He aprendido del fracaso. Hasta 2002 yo era un don nadie. Y ahora, fíjese ¿quién no requiere de mis servicios? Creo que las otras toxinas no han sabido adaptarse a los tiempos. La estricticina o el cianuro, que han elevado al crimen a una de las bellas artes, hoy malviven como recuerdos de literatura decimonónica. El antrax mismo ¿cómo va a triunfar por correo postal en la era de internet? Si nadie manda postales hoy en día…
¿Es cierto que fue usted quien insistió en ser inyectado?
Sí. Y en contra de la opinión de la mayoría de los expertos.
¿Por qué?
Ahora se olvida, pero hace unos años la jeringuilla estaba muy mal vista. Es que los yonquis se quedaban feísimos, muy flacos, cadavéricos. Aunque la verdad sea dicha, la heroína es el mejor tratamiento para el cabello, fíjese en Iggy Pop, no hay pelo como el suyo.
Dicen que quien le prueba a usted, repite ¿Con cuantas mujeres ha estado?
Ja, ja, ja… que no soy Julio Iglesias…. ja, ja, ja… a veces me han hecho esa pregunta. Cuántas estrellas hay en el firmamento, cuántos granos de arena en el desierto, cuántas gotas de agua en el oceano… pregúnteme con quién no he estado, pregúnteme por los hombres que también me buscan.
¿Qué me dice de sus imitadores?
Que son fraudes peligrosos. En temas de salud y belleza más vale no ahorrar.
Pero usted es venenoso, de origen venenoso.
El veneno está en la dosis.
Durante la Segunda Guerra Mundial la Alemania Nazi diseñó un sistema para atacar Inglaterra usando toxina botulínica usando las bombas V1 para esparcir el veneno, lo dice la Wikipedia ¿Qué tiene que decir al respecto?
Hace mucho tiempo de aquello y ahora cualquiera escribe cualquier cosa en internet
¿Pero es que no es cierto? ¿Es que usted no ha sido prohibido como arma química por la Convención de Ginebra?
Mira bonita, no soy de los que miran al pasado. Las formas han cambiado. Los tiempos han cambiado. Yo he cambiado. Trabajo en una empresa con un capital de 7.000 millones de dólares y más de 6.000 empleados. Llegamos a más de cien paises. Yo hago de este mundo un lugar más bello. Y tú… se nota que eres de las que frunces el ceño, y cuando las arrugas sean grietas perennes vendrás a mí, y seguro que entonces no querras mirar al pasado, sino al futuro.
Botox se recompone, se alisa el batín tras el ataque de furia. La sonrisa vuelve a incrustarse en su rosto. “Disculpa mi humor querida, a veces me tenso demasiado. Y ahora si me disculpas, tengo trabajo por hacer”.
fuente : http://www.mujerlife.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario