Ante todo quiero pedir disculpas a los lectores por el gran retraso en la publicación de nuevos artículos, pero por unos motivos u otros no lo he podido hacer.
En esta ocasión no voy a hablar de intervención policial, ni sobre derechos y deberes, ni sobre nada que tenga que ver con las actuaciones policiales. En estos últimos meses hemos sido testigos de tamañas injusticias como los desahucios, manifestaciones proetarras autorizadas que solo buscan ensalzar a terroristas y humillar a víctimas, indultos en los que el poder político una y otra vez pisotea al poder judicial eximiendo de sus penas a delincuentes como aquellos mossos d'esquadra que apalizaron a un detenido o al kamikaze que arrebató 3 vidas inocentes en un accidente de tráfico. Estamos asistiendo en primera fila al espectáculo más bochornoso que ha vivido nuestra joven democracia, en el que, por desgracia, ni la Justicia se salva.
Miren ustedes, la Justicia es para mí el pilar más básico de la democracia, sin ella no somos personas libres. Y es que ¿qué amparo puede sentir alguien en un sistema donde el poder político ejerce el poder judicial? Ya os lo digo yo, ninguno, y menos en este país, donde como estamos pudiendo comprobar en los últimos tiempos, somos gobernados, tanto a nivel local, como autonómico o estatal, por personas de una cultura corrupta, cuyo máximo afán es el lucro personal o familiar, mientras el pueblo se halla en total desamparo. Si algún político lee esto seguramente se enfadará, y me dirá que él es un honrado político; y yo no se lo niego, soy el primero que está en contra de las generalizaciones, y estoy totalmente convencido de que uno por uno, no todos son así; pero oiga, señor político que me lee, sí tenemos que generalizar. Y tenemos que hacerlo porque no es un caso, ni dos, ni tres, son muchos y a todos los niveles. El pueblo está cansado de vosotros, todos los estamos; queremos vivir en un sistema transparente, justo, libre; queremos que luchéis por nosotros, por nuestra seguridad y libertad, por nuestro bienestar, por los jóvenes y los hubilados, por todos; pero no, hasta el momento solo habéis luchado por una cosa: nuestra desconfianza, creo que os será difícil recuperarla, yo estoy deseando hacerlo.
Pero sigamos hablando de Justicia.
El indulto. ¿Qué es eso de indultar? Nos dice la Real Academia de la Lengua Española lo siguiente:
"Perdonar a alguien total o parcialmente la pena que tiene impuesta, o conmutarla por otra menos grave".
Para los que no lo sepáis, es un derecho y facultad que posee única y exclusivamente el Gobierno, en concreto, su ministro de Justicia (paradójico ¿eh?, "justicia")
Es decir: perdonar, o conmutar por otra pena menos grave. ¿Pero a razón de qué? ¿Es que no se han pronunciado ya los que se suponen expertos en Justicia? ¿No son ellos los que en base a la Ley han determinado la pena de una persona para que pague por sus delitos? ¿A santo de qué se le tiene que perdonar? Todo el trabajo de esos jueces, fiscales, abogados y policías, tirados por la borda, simplemente por la decisión de un político.
Y ahora, como policía, os digo: es muy frustrante. Horas, días, semanas, meses y años de trabajo, de investigación, de noches empalmadas con días y días con noches, frío, hambre y sueño, para al final, lograr detener a ese terrorista que atemoriza a todos, o a ese narco que busca enriquecerse a pesar de la salud de otros. ¿Para qué? ¿Para que llegue un político y diga que le perdona? Uno pierde la ilusión y las ganas.
¿Y qué pasa con esas familias rotas o la propia víctima? Ya os lo digo yo: se fastidian (por no decir otra cosa).
No, esto no es Justicia amigos, esto es la destrucción de la democracia, y es que si no tenemos Justicia, tampoco tenemos libertad.
Andaros con cuidado ahí fuera.
PD: Pronto, nuevos artículos sobre intervención y demás.
Gracias.
FUENTE : http://somos-policias.blogspot.com/
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