El Valle de Ultzama debe su nombre a un río discreto. Los prados huelen a mar y a sal; estamos a pocos kilómetros del Atlántico y el parapeto de montes es de escasa envergadura. El aire llega húmedo, y los bosques de hayas, robles y fresnos se abrigan con líquenes y musgos. En los prados abundan los rebaños, pero los fines de semana se ven más ciclistas que ovejas. El valle conforma un municipio o ayuntamiento al que se adscriben catorce concejos o núcleos; algunos no llegan al centenar de vecinos.
Larraintzar es de los más grandes y ejerce de cabeza del municipio. Sus casonas de piedra se remontan en buena parte al siglo XVIII, cuando ya se habían disipado los procesos de brujería (que habían afectado a casi todos los pueblos del valle) y se gozaba de cierta prosperidad por el ganado. Igual de grande o más es Lizaso, también con hermosas casonas y envuelto también en la caza de brujas que azotó al valle (en 1575 y luego en 1610, cuando el sonado Auto de Fe de Logroño). En lindes del concejo se puede hallar algún túmulo neolítico del área dolménica del valle.
Miel y setas
Mucho más chico es Eltso, que es uno de los pueblos más cautivadores. Sus casas dieciochescas se alinean a lo largo de la única calle, que conduce a la iglesia de San Esteban; muchas de las viviendas han sido renovadas como segunda residencia y lucen en sus fachadas escudos y glorias del pasado. En una de ellas se puede visitar el Museo de la Miel, donde, además de una buena lección de apicultura, se puede adquirir miel, jalea y otros productos locales. La miel no es la única seña gastronómica de Ultzama: también lo es la cuajada casera (se celebra una fiesta anual), la sidra artesanal (de Gerendiain), las chuletas de vacuno o guisotes y asados de cordero, y, sobre todo en otoño, las setas y los hongos.
Paseos a caballo
Los más deportistas, además del ya mencionado placer del pedaleo, pueden recorrer parajes de cine (o serie televisiva) a lomos de caballo. El Centro Ecuestre Doble A de Lizaso proporciona todo tipo de medios y actividades en torno a la hípica, incluidos paseos en pony o campamentos para los más pequeños. Otro de los deportes que se practica en esta localidad es el golf, en su modalidad pitch & putt, con un campo de nueve hoyos de doble salida, lo que totaliza 18 hoyos con zonas diferenciadas según los diferentes golpes.
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fuente : http://viajar.elperiodico.com
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