Para un paciente con diabetes una tira reactiva es la manera más rápida y eficaz de conocer su nivel de glucosa en sangre. En función de su glucemia gestionará al minuto su enfermedad con una dosis de insulina mayor o menor, con la práctica de ejercicio o con una ingesta de calorías determinada. Una tira reactiva es para los pacientes con diabetes, independientemente de si son tipo 1 o tipo 2, la brújula de su enfermedad.
Las principales sociedades médicas y la Asociación Americana de la Diabetes (ADA) recomiendan un mínimo de tres controles al día. El planteamiento de las autoridades sanitarias españolas de hacer compra centralizada de material utilizando como único criterio de adjudicación el precio es una forma de reducir drásticamente los productos actualmente disponibles en el mercado para el control de la diabetes, según la Federación Española de Diabéticos (FEDE).
Es el caso de Chus Oliva, con diabetes tipo 1 desde los 18 años. En su casa, su madre y su abuela padecen diabetes y últimamente la mayoría de los meses tienen que compartir las tiras reactivas porque no les llega con las que les da el médico. «Casi todos los meses me quedo corta de tiras, rara vez me sobran», comentó Chus. Como la diabetes no es predecible ni exacta, el hecho de quedarse corta limita sus controles y eso acaba teniendo consecuencias directas para su salud. «Las veces que me he quedado corta he tenido siempre una hipoglucemia», relató.
De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Jaeb para la Investigación en Salud de Tampa en los Estados Unidos, y publicado en la revista 'Diabetes Care', confirmó que el control de la enfermedad es significativamente peor cuando se limita el suministro de las tiras reactivas. Cuando un paciente con diabetes no tiene a su alcance los dispositivos básicos para medir su glucosa en sangre, es mucho más complicado poder controlar la enfermedad.
Problemas médicos
María del Toro es la coordinadora de la Asociación Valenciana de la Diabetes y cree que esa política «es pensar de forma cortoplacista, ya que los problemas médicos como cegueras o amputaciones por una diabetes mal controlada están afectando a gente joven en edad laboral que, por esos problemas, no están teniendo acceso al empleo y no cotizan, y eso agrava los problemas».
Por su parte, el director general de Farmacia y Productos Sanitarios, José Luis Trillo, explicó que la Conselleria de Sanidad elaboró en el año 2010 «un manual dirigido a profesionales sanitarios sobre recomendaciones para el uso adecuado de las tiras reactivas de glucosa en sangre en pacientes con 'diabetes mellitus'. Fue elaborado y consensuado por profesionales de todas las disciplinas relacionadas con el control de esta patología».
Según detalló, «su finalidad es orientar a los profesionales en el momento de la prescripción, pero siempre teniendo en cuenta las características de cada paciente y las circunstancias en las que se encuentra, y en ningún caso limita la libre prescripción de los profesionales. Es decir, que son sólo recomendaciones, pero desde la conselleria respetamos completamente la libertad de los médicos para prescribir a cada paciente lo que consideren oportuno».
En cuanto al gasto realizado en tiras reactivas en la Comunitat, la conselleria aseguró haber destinado casi 24 millones en el último año. Una cifra que, a priori, resulta insuficiente si se tiene en cuenta que en la Comunitat viven unos 700.000 diabéticos, según el estudio Valencia 2012 de la conselleria.
Denunciar por escrito
Sin embargo, la limitación de tiras no es el único asunto espinoso en el que las asociaciones de pacientes y la Conselleria de Sanidad discrepan. Según varias denuncias llegadas recientemente a la Asociación Valenciana de la Diabetes, el personal sanitario de centros médicos como el de Bocairent o Paterna aconseja la reutilización de las agujas con las que se inyecta la insulina.
Una recomendación prohibida por los fabricantes y peligrosa para la salud de estas personas. «Si esas agujas están atascadas los pacientes con diabetes no pueden inyectarse la cantidad necesaria y justa de insulina, con los problemas que eso acarrea», alertó María.
Ante esa denuncia, los coordinadores médicos de Bocairent y Paterna negaron que en sus centros de atención primaria se haya dado recomendación alguna para reutilizar las agujas. Avalan su declaración en la ausencia de denuncias de este tipo en Atención al Paciente.
Amparo Sellés es madre de un hijo con diabetes tipo 1 y confirmó que esto está ocurriendo: «quién tiene el estómago de decirte que reutilices una aguja en un niño de 2 años al que tienes que pinchar ocho veces al día, yo me niego a hacerlo por mucho que lo diga un médico».
Pero el caso de Amparo es aislado. La mayoría de los pacientes con diabetes hacen caso de lo que prescribe su médico y asumen la recomendación pese a que en los prospectos indica que las agujas son de uso único. En un estudio publicado por la Fundación para la Diabetes, el 19% de los pacientes encuestados aseguraban que reutilizaban las agujas por prescripción médica. Desde la Asociación de Diabetes de Valencia se recomienda presentar la reclamación por escrito en los centros sanitarios.
fuente :http://www.lasprovincias.es
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