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martes, 3 de septiembre de 2013

Senegal tendrá una mujer al mando









AUTOR PEPE NARANJO

Aminata Touré es la elegida. Por segunda vez en su historia, Senegal tendrá a una mujer al frente del Gobierno. Este domingo 1 de septiembre, el presidente Macky Sall anunció la destitución del que durante 17 meses fuera su primer ministro, el banquero Abdoul Mbaye, y de todos los miembros de su gobierno, entre ellos el cantante Youssou N’Dour, hasta ahora titular de Turismo. Pocas horas después se hacía público lo que era un secreto a voces, que el cargo de primer ministro recaía sobre las espaldas de Aminata Touré, quien como ministra de Justicia había sido la encargada hasta ahora de impulsar políticamente la investigación judicial de corrupción que ha llevado a Karim Wade, hijo del ex presidente Abdoulaye Wade, a dar con sus huesos en prisión.
El presidente de Senegal no se ha tenido que ir muy lejos de su entorno para elegir a su nuevo primer ministro. Y es que si algo se puede decir sin temor a equivocarnos de Mimi Touré, como es conocida familiarmente en este país, es que es una persona de la máxima confianza del jefe de Estado. De hecho, fue la responsable de su gabinete y su auténtica mano derecha entre los años 2010 y 2012 y redactó el programa electoral con el que Macky Sall concurrió a los comicios del año pasado. A sus cincuenta años, Touré es llamada ahora a ocupar la jefatura del Gobierno y se convierte, así, en la segunda mujer primer ministro en la historia de este país después de que Mame Madior Boye desempeñara este cargo durante 20 meses (2001-2002) en la primera legislatura de Abdoulaye Wade.
Hija de médico y de matrona, cursó sus estudios entre Tambacounda y Kaolack, donde su padre estaba destinado, y luego en Dakar y París. A la temprana edad de 14 años inició su militancia política de izquierdas y una vez en la capital francesa destacó por su activismo en el entorno estudiantil, vinculándose a la Liga Comunista de los Trabajadores. Tras licenciarse en Económicas y especializarse en gestión de Empresas, regresa a Senegal donde empieza a trabajar en la Compañía de Transportes Públicos de Dakar (Sotrac) y se convierte en la directora de campaña del político de izquierdas Landing Savané.
Posteriormente comienza su larga carrera en la ONU, siempre vinculada al Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNPA), en el que se destaca por su lucha contra el SIDA y en favor de la planificación familiar y la salud reproductiva. Entre 2003 y 2010 se trasladó a Estados Unidos como directora del Departamento de Derechos Humanos del UNFPA hasta que vuelve, una vez más, a su país natal para acompañar a Macky Sall en lo que, a la postre, sería su largo camino hacia la Presidencia del país. Primero como jefa de gabinete y luego como redactora de su programa electoral en 2012, Aminata Touré se convirtió en pieza clave en la sombra para la victoria de Sall en los comicios del año pasado. Ya elegido, éste la recompensó poniéndola al frente del Ministerio de Justicia.
Sin embargo, el reto no era pequeño. Senegal venía de doce años de hegemonía y poder omnímodo de los Wade que en los últimos tiempos se había caracterizadopor la existencia de varios escándalos de corrupción que no habían sido investigados. Además, se le encomendó la tarea de reformar el sistema judicial senegalés, que se había convertido en una maquinaria lenta y defectuosa. La tarea era complicada, pero esta activista por los Derechos Humanos supo moverse con habilidad en un terreno de arenas movedizas, animando a los jueces a hacer su trabajo sin injerencias políticas y sin ningún miramiento contra la nomenclatura wadista, lo que finalmente ha llevado a la cárcel al mismísimo Karim Wade, e introduciendo además discretas mejoras en la Administración de Justicia. Asimismo, Touré ha dado un definitivo impulso al juicio del ex dictador del Chad, Hissène Habré, que ha sido detenido hace unas semanas y cuyo proceso debe comenzar en los próximos meses en Dakar.
En sus primeras palabras tras ser designada primer ministro, Touré, vestida con ropa tradicional senegalesa, aseguró que había recibido su nombramiento con humildad y tuvo palabras de elogio para su antecesor, Abdoul Mbaye, cuya destitución era algo previsto desde hacía semanas. Asimismo aseguró que su intención era acelerar las medidas puestas en marcha durante el último año, "una carrera por el desarrollo y por la mejora de las condiciones de existencia de nuestros conciudadanos, una misión que se está llevando a cabo en un contexto internacional difícil, marcado por la crisis".
Además de Mbaye, otros ministros muy mediáticos como el cantante Youssou N’Dour (Turismo) o el ecologista Ali Haïdara (Medio Ambiente) se quedan también sin cartera al haber cesado en sus funciones todo el Gobierno. Se prevé que en las próximas horas la nueva primer ministro designe un gabinete a su medida para afrontar la segunda etapa de la legislatura.
En África no abundan mujeres al frente de Estados o gobiernos. En la actualidad sólo dos son presidentas, es el caso de Ellen Johnson Sirleaf en Liberia, que está comenzando su segundo mandato, y Joyce Banda en Malaui, que llegó al poder tras la muerte del presidente. Asimismo, otra mujer es la presidenta de la Comisión de la Unión Africana, se trata de la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma. En Senegal se da la circunstancia de que acaba de entrar en vigor una ley de paridad entre sexos que, pese a sus defectos denunciados por colectivos feministas, ha logrado acercar la proporción entre ambos sexos en el Parlamento. Se espera que Touré incluya un elevado número de mujeres en su Gobierno. La incógnita de quiénes formarán ese gabinete se desvelará pronto.

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