El experimento de la gota de brea es una apología de la paciencia. En 1927, el Profesor Thomas Parnell, de la Universidad de Queensland, en Brisbane, Australia, quiso demostrar que el compuesto de hidrocarburos conocido como brea no es un sólido, sino un líquido.
La brea se funde con el calor, pero a temperatura ambiente tiene la apariencia de una roca sólida. Para su experimento, Parnell fundió brea dentro de un embudo y la dejó enfriar y reposar tres años. Después, liberó el sello que retenía el supuesto líquido y lo dejó fluir libremente. La primera gota de brea cayó unos diez años después, permitiendo a los investigadores calcular que la sustancia, efectivamente, es un fluido con una viscosidad unos dos millones de veces superior a la de la miel.
Nunca filmada
Mientras en Queensland esperaban a que otra caprichosa gota cayera bajo la atenta mirada de tres cámaras, en Irlanda se les han adelantado. En 1944, el premio Nobel de física Ernest Walton instaló un embudo de brea en el departamento de física de la Universidad Trinity en Dublín. Su propósito era el mismo que el de Thomas Parnell.
Hace unas semanas, investigadores del centro irlandés notaron que se estaba formando una nueva gota, y decidieron instalar una cámara. La gota finalmente ha caído este pasado jueves, poniendo fin a la carrera más aburrida de la historia y a uno de los experimentos, sin embargo, más longevos y curiosos. [Universidad de Queensland vía RTE News]
fuente : http://es.gizmodo.com
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