martes, 25 de junio de 2013
Carta de una hija de una limpiadora de hospital de 64 años golpeada y detenida en Zaragoza
"Uno de ellos, sin que ella hiciera ni dijera nada, pegó a mi madre con tanta fuerza que la hizo caer al suelo. Ella, dolorida, le pidió explicaciones y le exigió que se identificara, pero solo consiguió que la detuvieran, la trasladaran en un furgón policial y la encerraran cinco horas en un calabozo, acusada de agredir a un agente" (Carta de María del Mar, hija de una limpiadora de hospitales de Zaragoza de 64 años, con 36 días en huelga)
"Escribo esta carta entre la indignación y el desconcierto. Y lo hago para defender a mi madre, una señora de 64 años que ha sido acusada de agresión a la autoridad. Ella, con sus compañeras, participaba el martes en una concentración de las limpiadoras de la sanidad ante la sede del Salud.
A mi madre le queda un año para jubilarse, así que apenas van a afectarle los recortes en el convenio. Sin embargo, acude a las protestas porque cree que están defendiendo una causa justa. Como no quiere problemas, siempre se queda en las últimas filas.
Así lo hizo el martes, hasta que, en un momento dado, sus compañeras se dieron la vuelta para entrar en la sede del Salud. Sin quererlo, se vio en la primera fila, entre los trabajadores y la Policía, que trataba de impedirles el acceso. La mayoría de los agentes intentaban calmar los ánimos, pero uno de ellos, sin que ella hiciera ni dijera nada, pegó a mi madre con un tanta fuerza que la hizo caer al suelo.
Ella, dolorida, le pidió explicaciones y le exigió que se identificara, pero solo consiguió que la detuvieran, la trasladaran en un furgón policial y la encerraran cinco horas en un calabozo, acusada de agredir a un agente.
No sé si lo peor fue el golpe, la humillación de ser detenida o el desconcierto de verse agredida por alguien que, en teoría, debería proteger a los ciudadanos indefensos. Ella sabe que no hizo nada para merecer semejante trato, pero yo quiero aprovechar esta tribuna para reivindicar en público su inocencia y para exigir que nunca, nadie, tenga que pasar por algo así. No hay derecho".
María del Mar Ruiz Romero.
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