martes, 25 de junio de 2013

Bucear en "El Atolón"














EL HIERRO


De la mano de Benthos Buceo nos sumergimos en "El Atolón",  uno de los puntos que se pueden explorar en el extremo noreste de la isla de El Hierro y donde actualmente se puede bucear. Esta zona no tiene nada que envidiar a la famosa Reserva del Mar de Las Calmas, en la zona de la Restinga.  La única desventaja respecto a ésta es que está más expuesta a los vientos alisios y las condiciones del mar son menos previsibles.

"El Atolón" es una inmersión apta para todos los buceadores que se encuentra a menos de 10 minutos de navegación desde el Puerto de La Estaca, el más grande la la isla del Meridiano. Consiste en dos grandes formaciones rocosas que se erigen en medio de un arenal, albergando especies propias de ambos hábitats en una extensión relativamente pequeña.


Profundidad: 25 metros en el extremo sur de las dos bajas.
Visibilidad: como en toda la isla, en función de las condiciones es muy buena o excelente (20-25m).
Dificultad: la inmersión presenta pocas dificultades para buceadores noveles, ya que no suelen haber corrientes, al orientación es fácil y es poco profunda. Mención aparte para el tiempo que tardemos en equiparnos en el barco: las condiciones del mar pueden complicar esta tarea y es recomendable salir del puerto con todo a punto para saltar.
Temperatura: La temperatura del mar desciende hasta los 18-19 ºC en los meses más fríos (Febrero-Marzo)
Qué ver: Chuchos, ratones, viejas, sargos, jureles, morenas y muriones, coral negro, gallos, medregales, abades.
Centro de buceo con el que buceamos: Benthos Buceo
Recomendado llevar: Foco, brújula y boya de señalización.
La inmersión: 
Este punto de buceo se encuentra a menos de 10 minutos de navegación del Puerto de La Estaca. Una vez allí, fondeamos a unos 200 metros de la costa y descendemos por el cabo hasta los 10-15 metros. Iniciaremos la inmersión recorriendo una de las dos bajas de norte a sur, y después recorriéndola en círculo. Aunque la tendencia es a buscar vida entre las múltiples grietas que forma la roca, no hay que perder de vista el fondo de arena blanca que rodea toda la formación, donde es habitual la presencia (camuflada) de chuchos y ratones. La baja situada más al oeste (la de menos altura hacia la superficie) nos reserva una sorpresa final: un pequeño túnel que la atraviesa por completo repleto de coral negro, en muchas ocasiones refugio de un grupo de jureles.



En la zona, recomendamos:

Ver: Darse un chapuzón en Las Playas o en la zona de baño de La Caleta, subir hasta uno de los miradores que ofrecen una excelente panorámica de la isla, cruzar hasta El Golfo y disfrutar de cualquiera de sus charcos, y por último trasladarse hasta el extremo este y más volcánico de la isla, con el sabinar, el faro de Orchilla y la playa del Verodal como principales atracciones.
Comer: Los pueblos más cercanos apenas disponen de bares y restaurantes, por lo que mercec la pena recorrer unos quilómetros más hasta los restaurantes del Parador de Turismo, o el Mirador de La Peña, diseñado por el célebre arquitecto canario César Manrique.
Dormir:  Por proximidad al puerto y aeropuerto, y para ahorrar tiempo en desplazamientos hasta el punto de salida de la embarcación de buceo, cualquier apartamento en los pueblos de La Caleta o El Tamaduste.

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