martes, 30 de julio de 2024

Nos levantamos en estos días, con una situación surrealista en el país hermano para todos los canarios y canarias, Venezuela.

 


Artículo de opinión

No voy a entrar por supuesto en valoraciones del actual gobierno, un país rico en petróleo, pero desgraciadamente con tristes cifras de emigración ante las necesidades extremas que se pasan.


Tampoco voy a valorar quien ha ganado las elecciones, que en todo caso debe ser un fiel reflejo de la voluntad popular.


Lo que, si creo que es necesario analizar, es porque la transparencia exigible en cualquier elección en un país democrático, y Venezuela que tenga constancia teóricamente hasta hoy lo es, parece costarle mostrar las actas electorales, que ratifiquen dicho resultado de triunfo del actual gobierno y presidente Maduro, ante la duda, no solo nacional, sino internacional, acerca de ellos. (en un mundo globalizado, con apoyo de Rusia, China, Cuba, Irak y poco más, el estar aislado nunca es bueno para la mayoría de la ciudadanía, con una moneda hiperdevaluada, que tienes que llevar fajos de miles de bolívares para comprar lo más básico)

Es tan sencillo como publicarlas, en vez de ver al ejército con gases y batidas en las calles.


Haciendo una comparativa con España, que diferente por suerte son las cosas, nos guste o no el gobierno o presidente.


Rara es la semana que no escucho acusaciones de chavista a este gobierno, pero repito, por suerte y a pesar de que algunos partidos intentan poner la duda de la legitimidad, nuestros procesos electorales son un ejemplo de transparencia y nuestro sistema electoral, si bien mejorable, garantiza la representación de las mayorías electas, sean o no con cierta contra natura algunos acuerdos.


Reitero la importancia de los procesos y transparencia en toda la política, desde la municipal, hasta la más alta, porque es la más clara representación de nuestra democracia, siempre mejorable por supuesto, que debemos valorar como merece, porque vemos cientos de países mundiales que la añoran.

El otro día escuchaba a un grupo de chicos, con mejor o peor gusto, cantando una canción franquista burlándose del régimen y del dictador, y lo primero que pensé es que grande es vivir en un país democrático, porque si eso lo llegan a cantar en la dictadura, poco hubieran durado.

Pues en pleno Siglo XXI, esa realidad se sigue dando, hasta en países supuestamente democráticos.


Cuidemos nuestra democracia, mejorémosla por supuesto, pero valorémosla, porque es muy grande lo que tenemos; y no olvidemos nuestro pasado, porque el que lo olvida, está condenado a repetirlo, la humanidad en demasiadas ocasiones es una repetición de bucles olvidados.


José Suárez


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