domingo, 14 de julio de 2024

LA CESTA DE LA COMPRA Y LOS SUSTOS QUE NOS DA




 Años atrás ir al supermercado era casi un pasatiempo además de llevar a casa el sustento

de nuestra familia. Hoy, antes de salir de casa rezamos tres padre nuestro con la esperanza

de que los precios no hayan subido como globos hacia el cielo.

De aquellos carros que veíamos llenos hoy observamos que, desgraciadamente, cada vez

van más vacíos llevando estrictamente lo más necesario.

Si añadimos que hay muchas familias comiendo de la pensión de los padres, peor se pone

el asunto.


Las grandes superficies suelen ofrecer artículos a más bajo precio pero, es peor el remedio

que la enfermedad, sobre todo si se trata de frutas o verduras ya que a los dos días están en

muy mal estado por los muchos días que pasan en las cámaras y, peor, aún si son

exportados.

Aquí los que se llevan la mejor tajada son los intermediarios que compran a tres y venden

a seis. Por este motivo se están abriendo pequeños comercios que venden sus propios

productos a precios más asequibles, casi podríamos decir que podemos volver a las

entrañables tiendas de aceite y vinagre.

En nuestra ciudad ya contamos con más de uno de este tipo de establecimiento y parece

que la cosa va a más, particularmente, felicito a las personas que se arriesgan a abrir su

propio negocio y así vender sus productos sin particulares que pretenden hacerse rico a

costa del trabajo del agricultor.

Si a esto añadimos las mercancías que nos entran de países como Marruecos, península y

demás, no es de extrañar que nuestros cultivos de; tomates, papas y muchos más, se vean

hoy vacíos y abandonados, lo que hace que aquellas personas que trabajaban en los

invernaderos se hayan quedado sin trabajo y nosotros sin productos de nuestras tierras.

No quiero perder la esperanza de ver como canarias florece de nuevo.

María Sánchez.

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