viernes, 1 de marzo de 2024

15 AÑOS DE WHATSAPP, ¿EN QUÉ CAMBIÓ NUESTRAS VIDAS?

 


Se me hace difícil recordar, ya, cómo era que nos relacionábamos antes de Whatsapp

(en adelante Wasap, que me gusta más). Creo que usábamos el Messenger. Los que tenemos

cierta edad, hemos vivido todas las fases, en nuestros devaneos amorosos, para conseguir

contactar con la chica que conociste en la discoteca o en el parque.

En mi juventud, tenías que conseguir que te diera el teléfono. El bueno, claro. Porque

muchas, después de una noche de cortejos, devaneos y algún arrumaco que otro; te daba el

teléfono que se sabía de memoria y cuando tú, ilusionado hasta las trancas, la llamabas al día

siguiente; te salía una voz que te decía que eso era una funeraria o la policía. En el mejor de los

casos te daba el teléfono de la casa, por supuesto que el fijo, en aquella época no existía otro.

Tú llamabas y tenías suerte si te cogía el teléfono la madre, porque como te lo cogiera el

padre; empezaba un incómodo interrogatorio que terminaba con el consabido: “mucho ojito

con lo que haces que te tengo acechado” del progenitor. Lo hacía para intimidarte. Y vaya si lo

hacía.

El Messenger fue todo un adelanto. Los chicos ya no les pedían a las chicas el teléfono.

No. Ahora le pedían el Messenger que era más directo y evitaba a los padres. Inventazo. Es

más, se empezó a ver un vestigio de liberación cuando empezaron a ser las chicas las que nos

pedían nuestro “Nick” (ese nombre clave que nos poníamos para que nos identificaran) ellas a

nosotros. Decían que era para poder hablar, pero era un principio de que ellas querían

empezar a elegir y no ser la víctima de la caza.

Y el sistema se fue perfeccionando, a medida que avanzaba la tecnología, hasta llegar

al controvertido Wasap. Sí, ese que dicen que nos escucha para manipularnos. Y que yo no

digo que sí, pero tampoco digo que no. 15 años se cumplen ya, que parece que fue ayer. Y se

ha instalado en nuestras vidas de una manera que ya muchas veces ni nos llamamos por

teléfono, mandas un mensaje y esperas una respuesta. Limpio y fácil, sin tener una

conversación añadida. Cómodos que nos hemos vuelto.

A mí me encanta el sistema, es como mandar emails, pero de respuesta inmediata y

yo, que soy un desesperado para todo, me simplifica mucho trabajo. Solo le veo dos pegas a

dos cosas que odio. La primera es que hace mala combinación con amigos tóxicos y sin nada

que hacer. Te pueden estar mandando mensajes todo el día sin entender que, desde el

principio, les dijiste que estabas superocupado. Y la segunda son los grupos. En este caso, el

número de gente aburrida y con ganas de contarle al mundo lo que ha comido, se multiplica

de forma exponencial. Me salgo de todos. Lo siento.

Aun así, bendito Wasap (o Telegram, o Line, o el que quieran usar) por venir a

hacernos la vida más fácil y unos consejos: no manden wasap cuando estén borrachos, lean

bien y entiendan lo que les dicen y no lo que les venga en gana, y si ven que leo el mensaje y

no contesto es porque no puedo, no porque les tenga coraje. Así mismito.


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Escúchalo en el podcast:

https://open.spotify.com/episode/0BblOc0OHQy0onmajNGV7S

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