Cuando tocan la Berlina, Me pongo muy contenta, Pero al escuchar la Caringa, Se mueven sin querer mis piernas.
Las Folías son lamentos, del alma Que reflejan mucho sentimiento, Por ello quien las escucha, Se emociona sin quererlo.
La Polka y las Seguidillas, Las aprendí de pequeña, Haciámos una demostración
A final de curso, en el patio de la escuela.
Recuerdo que era los jueves, Una hora a la semana, también, Nos enseñaron, la Carraqueña, y Santo Domingo de la Calzada.
El que canta el mal espanta, Siempre decía mi padre;
Yo desde que me levanto, Canto, rezo y canto, coplas canarias.
El día que me muera, no quiero Que por mi lloren, toquen guitarras, Y timples, canten isas, malagueñas, Y bailen el sirinóque.
Y para que no me olviden, Llévenme de vez en cuando, Un ramíto de flores y recen;
Una oración, por todos los pecadores.
Antonia Perez Viera
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