miércoles, 31 de agosto de 2022

ROSAS PARA MI AMADA

Sus miradas se cruzaron por primera vez cuando ella entró en la floristería que él regentaba, siempre pedía rosas amarillas, no quería otras que no fueran esas.

Con el paso del tiempo y tras varias semanas, él sintió que algo iba creciendo dentro, que ya no la veía como al principio. Se presentaron mutuamente y    quedaron  para ir a cenar, como no podía ser menos Mario le llevó una rosa amarilla que ella agradeció con una sonrisa.

Hablaron de muchas cosas mientras sus ojos se encontraban para mirarse con creciente amor. Supo que sus rosas favoritas eran las amarillas y que su santo era el veintinueve de junio, al llegar esa fecha le envió un maravilloso ramo elaborado con sus propias manos.

Los años han pasado, ellos contrajeron matrimonio y cada veintinueve de junio recibe un hermoso ramo de rosas amarillas.

María Sánchez.

 

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