DE LAS CAJAS DE AHORRO A CAIXABANK

 

Las cajas de ahorro o, la caja, como la llamábamos para abreviar fue una entidad bancaria que ayudó bastante a las empresas canarias; colaboraban con la mayoría de los eventos que se realizaban en las islas, tanto culturales como deportivos.

Recuerdo y añoro aquella oficina que allá por los años sesenta se abrió en la plaza de san Gregorio (Telde) donde nos atendían con prontitud y educación. 

 

Allí no éramos un mero número reflejado en una ficha, éramos personas a las que nos premiaban por nuestra fidelidad, aún tengo el grato recuerdo de la llamada que recibí para comunicarme que había sido agraciada con una cesta ¡y menuda cesta! 

 Mucho ha llovido desde entonces, no existían las tarjetas, con la cartilla nos bastaba para pagar o sacar el dinero que necesitáramos, con las tarjetas aparecieron los cajeros automáticos, donde las personas mayores tuvieron que hacer un curso para entenderlos, cuando mas o menos nos habíamos acostumbrado, llega CaixaBank y de la noche a la mañana hace un nuevo cambio.

Como victima de estos cambios les narrare lo que me ocurrió días atrás. Como en muchas otras ocasiones acudí al cajero para hacer una operación, cual no fue mi sorpresa cuando me doy de bruces con un nuevo modelo, todo estaba cambiado, para empezar lo pusieron a más altura que los que estaban por lo que me vi con bastante dificultad para insertar mi tarjeta.

Después de algunos apuros logré colocarla pero, mi gozo en un pozo, habían cambiado todo, de tal manera que después de varios intentos me di por vencida y tuve que solicitar la ayuda de una empleada, quien me atendió con mucha amabilidad.

Si antes nos premiaban por tener depositado el dinero en esa entidad, ahora son los usuarios los que tenemos que pagar, con el agravante de que cada vez nos quitan más empleados, más oficinas y encima tiene usted que saber manejar Internet para realizar muchas de las operaciones que deseamos efectuar.

Viva la fusión de CaixaBank y sus bemoles.