Una de las enfermedades mentales que más daño está causando al ser humano es sin duda, la depresión. Comienza minando nuestra voluntad de manera soterrada, sin signos visibles hasta que la persona que la padece termina encerrándose en si misma y entre cuatro paredes.
Si acudimos al médico al menor síntoma, este nos receta un ansiolítico sin un previo examen para conocer el verdadero motivo que nos ha llevado hasta ahí.
Si solicitamos ser vistos por un psicólogo tenemos dos opciones: esperar no menos de un año para que nos atiendan por la Seguridad Social o rascarnos el bolsillo y acudir a uno particular que nos sale por un riñón por la cantidad de visitas que debemos realizar.
Estamos viviendo en un carrusel de inquietudes, desasosiegos, incertidumbre, miedos y un sinfín de temores y preocupaciones que van minando nuestra vida hasta llegar a enfermedades mentales que no todo el mundo comprende.
Esto me preocupa y me lleva a pensar que desde la sanidad se está haciendo bien poco por procurar más ayuda a estos enfermos. Es incomprensible que en la S.S se disponga de más de una especialidad médica, mientras que psicólogos se pueden contar con los dedos de una mano y nos sobran dedos.
Conozco varios casos de enfermos que solicitan la ayuda de uno de estos especialistas y la respuesta es “no disponemos o tiene que ponerse en lista de espera”
Desde el mes de abril un familiar solicitó, desde el hospital donde estaba ingresado, se visto por un psicólogo, a esta fecha aún espera ser visto y tratado. Lo peor de todo esto es que no es solo el enfermo el que sufre, también lo hace el entorno familiar para quien la Seguridad Social no considera necesario ser tratados.
¿Para cuando se toman en serio estas enfermedades que matan poco a poco?
MARIA has escrito escueto pero certero para decir verdades no hace falta elocuencia.son muchas las personas que sufren por ser enfermos y su entorno por soportarlo..ojala tu escrito sirva
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