Ser negativos es como llevar un gran peso en nuestro ánimo que nos impide avanzar en la vida. La persona negativa no es capaz de apreciar algo bueno en lo que le rodea, todo a su alrededor se tiñe de oscuro sin dejarle ver que más allá de sus pensamientos, sin aceptar que hay cosas que merecen la pena ser vividas.
Se creen los más inútiles, aquellos que no están capacitados para nada más que lo que su triste pensamiento le dicta.
Se autocritican constantemente y solo hablan de sus fracasos, de su incapacidad para alcanzar metas, su negatividad les lleva a imaginar hechos que no han sucedido ni sucederán. Si un día no pueden ir a trabajar, ya piensan que el jefe lo despedirá sin más, no logra entender que otra persona avance, o pueda tener una vida holgada económicamente, no logran asimilar que si aquellos pudieron, ellos también.
Lo peor es cuando esto lo relacionan con la salud y la vida que les queda por vivir pues siempre piensan que les falta poco para morir, se pasan media vida quejándose y anunciando su muerte para el día siguiente, aunque luego vivan cien años.
Esta obsesión negativa les lleva a perder la salud poco a poco y, en ocasiones gravemente entrando, en un bucle del que es difícil salir por mucho que ellos luchen.
En su obsesión enfermiza dejan de pensar en el dolor que causan a sus seres queridos.
Los psicólogos nos avisan que atraemos todo aquello que pensamos advirtiéndonos que tarde o temprano nos alcanzará.
María Almenara.
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