(Los firma con su conocido seudónimo literario... ¡QUÉ COSAS!)
LOS NUEVOS ESPONSALES
Juntos fueron recorriendo veredas y senderos,
en continua búsqueda de una nueva vida.
Atravesaron secos desiertos, pedregosos caminos,
estériles praderas, verdes montes, ríos y
hasta los más profundos mares y océanos.
Los guiaba solo el feliz recuerdo del aroma
que antaño desprendían aquellos bellos rosales.
Y ahora, la fugaz aurora perece querer danzar
con su multicolor luz ante los nuevos esponsales.
Con sus propias y estriadas manos,
fueron liberando los caminos
de aquellas tortuosas secas espinas.
Y así continuaron hasta que encontraron
ese idílico lugar por ellos soñado.
En sus nuevas vidas hoy brilla el Cielo
anunciándoles días estivales preñados
de mucho amor y esperanzas.
Atrás quedaron aquello nichos
de tristezas y estreches vividas.
Tanto fue lo que lucharon por buscar
ese prometedor futuro buscado,
que ahora, al despertar en las mañanas
y junto al primer beso de enamorados,
con sus corazones fundidos en uno solo,
cual si de un brillante lingote de oro fuere,
solo aciertan a decir...¡Bravo amor!,
por estos puros sentimientos
que siempre en nosotros permanecieron.
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