El próximo jueves, 23 de abril, se celebra el día internacional del libro. Este es el segundo año consecutivo en el que no se pueden hacer diferentes actos relacionados con esta efeméride a causa del COVID 19.
El hecho de que se celebre este día no es mera casualidad, este 23 de abril es un día simbólico ya que durante el mismo, en el año 1616, fallecieron Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, justa coincidencia para la conmemoración de dicha fecha.
Son muchos los países que se unen a esta fiesta aunque es un acontecimiento que salió de España. Sí, exactamente, la celebración partió de una sugerencia de España y no fue hasta años después, en 1988, cuando la UNESCO decidió que fuera una celebración internacional. De hecho, hasta 1989 no se comenzó a celebrar en otros países, pero sí que se hacía en España y ya llevaba bastante tiempo haciéndose.
La celebración de este acontecimiento fomenta la lectura y la venta de libros en las bibliotecas, a la vez que defiende y protege a la industria editorial así como los derechos de autor.
Desgraciadamente, los libros electrónicos han hecho que la venta de los de papel hayan bajado considerablemente. Si a esto sumamos la afición que se ha apoderado con el móvil ha hecho que el interés por la lectura vaya en picado, dedicando más tiempo a las imágenes que a las letras.
Tener la buena costumbre de leer nos lleva a mundos desconocidos, historias de las que podemos sentirnos protagonistas, nos abre lugares inexplorados pero al que podemos entrar cada vez que nos apetezca.
Regalar una rosa este día es una costumbre catalana aunque, poco a poco, se ha ido implantando en toda España. Creación que, por otro lado, ayuda a las floristerías sobre todo en estos tiempos que estamos viviendo.
Según cuenta la leyenda San Jorge combatió con un dragón que intentaba matar a una joven, de la sangre que manaba del animal iban naciendo rosas rojas. Se cree que de esta leyenda surgió la costumbre de regalar una rosa a la novia o novio y también a la familia.
No dejemos de regalar y leer un libro y comprar una rosa para ese ser querido.
Mary Almenara.
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