lunes, 5 de octubre de 2020

LOS NIÑOS, ESOS GRANDES HEROES

 


 Opinión.

Mary Almenara

Contemplo la misma escena cada día, aún no son las nueve de la mañana y la acera comienza a llenarse de coches de donde van bajando niñas y niños de no más de tres años.

En sus caritas se refleja los restos de sueño que dejaron en la cama cuando mamá los alienta a levantarse, tomar la leche con el cacao, ponerse el uniforme y salir pitando para el coche.

Todos llegan pulcramente limpios y bien peinados para acudir otro día más a su clase. Esto en sí no es lo que me llama la atención, lo que me admira es verlos con la mascarilla y sin protestar aun a sabiendas  que deben llevarla durante toda la mañana, que no les dejan ni quitársela ni bajarla hasta la barbilla, como hacemos los adultos. Cuando los veo me dan ganas de ir a su lado para darles un fuerte achuchón y decirle “eres un héroe, eres una heroína,

Todos estos cambios en sus pequeñas vidas les llegó sin esperarlo, sin comerlo ni beberlo y lo han aceptado mejor que algunos adultos. Ellos tienen más respeto al contagio que sus propios padres a los que ponen al hilo con lo del lavado de manos, dejar el cigarro y todas aquellas recomendaciones que les dan sus maestras o maestros.

Desde tan pequeños se vieron privados de libertad para ir al parque, visitar a los abuelos, que tanto les echaban de menos. Cuando al final pudieron salir tuvieron que hacerlo con una mascarilla que les impedía respirar bien, no podían jugar con otros niños ni compartir sus juguetes, tampoco debían abrazar a sus amiguitos.

Llegó a ser tanto el bombardeo de noticias que recibían a través de la televisión, que más de uno se negaba rotundamente a salir a la calle.

Estos pequeños héroes han vuelto al colegio y otros lo hacen por primera vez pero la alegría del principio se ha convertido en frustración al comprobar que deben sentarse separados, que el recreo no es lo que lo que era, que ni siquiera pueden compartir el bocadillo a escondidas de la seño.

¿Superaran el deseo de llevar los regalo de Navidad al colegio? En sus mentes limpias no cabe la idea de no llegar a clase con la muñeca o el coche nuevo para enseñarlo a los compañeros: pero ellos son valientes, fuertes como robles, balanceándose como la altiva palmera para que el  cori virus pase sin afectarlos, como pasa el viento a través de las hojas.

Ellos, héroes al fin, continúan viviendo su infancia pero no ignorando que ahí afuera hay un mal bicho que aguarda cualquier oportunidad para, impunemente, entrar en sus pequeñas vidas.

Mary Almenara.

 

 

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