Un ejemplar se partió una de las alas y otro apareció deshidratado, probablemente tras un impacto.
• El ave cuyo estado preocupa más sufrió una descarga eléctrica en el Barranco de la Mina.
• El Cabildo de Gran Canaria suele recibir una media de 15 ejemplares en todo un año.
• La colaboración ciudadana activó el protocolo en los tres casos.
El estado que más preocupa de cara a su recuperación y posterior puesta en libertad es el de la aguililla rescatada en el Barranco de la Mina con graves quemaduras, tan profundas que afectan a huesos músculos y tendones, muy probablemente a causa de una descarga eléctrica tras posarse en un cableado de la zona.
La fatalidad para el animal suele ocurrir cuando despliega sus alas para alzar el vuelo de nuevo tras posarse en un cable y su propio cuerpo hace de puente eléctrico al tocar con otra de las líneas del tendido, por lo que el procedimiento en estos casos incluye ponerse en contacto con la propiedad de las torres para que sellen los cables o acometan los cambios oportunos para evitar este tipo de accidentes.
Otra de las aguilillas fue avistada junto a la GC-3, en las inmediaciones del Ecoparque Gran Canaria Norte, por un ciudadano que dio aviso al Cabildo porque el ave parecía atrapada tras el mallado que protege a la vía de posibles desprendimientos en las laderas.
Tras dar aviso al Centro Coordinador de Operativa Insular del Cabildo (Cecopin) y a la Guardia Civil, dado que la intervención requería actuar en el arcén de una carretera, el personal del Centro de Recuperación la capturó y verificó que no podía volar. Una vez en las instalaciones de Tafira, la radiografía reveló la rotura del cúbito de una de sus alas. Los expertos barajan la posibilidad que la fractura se produjera cuando el águila intentó cazar un ratón o un lagarto, cuya abundancia en el lugar hace que acudan con frecuencia a esta zona de la Isla.
En este caso, el pronóstico también es bastante bueno, porque la fractura es limpia, el radio resultó indemne y la intervención fue inmediata. La aguililla deberá permanecer tres meses con el ala afectada vendada e inmovilizada antes de afrontar un tratamiento recuperador y de fisioterapia de 1 o 2 semanas antes de su liberación.
La tercera aguililla de este fin de semana a medio camino entre el cielo y la tierra apareció en el Barranco de las Madres, en Firgas. El ejemplar presentaba síntomas de deshidratación con el impacto contra algún cable como hipótesis más probable de su estado, aunque esta vez sin evidencias de electrocución, lo que eleva la probabilidad de supervivencia para que su vuelo y su particular grito similar al maullido de un gato regresen a los cielos de Gran Canaria gracias a que alguien siguió los consejos del Cabildo, llamó al teléfono 928 351 970 y activó el protocolo para acudir volando en su ayuda.
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