lunes, 4 de mayo de 2020

El confinamiento devuelve a las Dunas de Maspalomas sus ondulaciones y paisaje de ensueño de hace 50 años




Las Dunas de Maspalomas, recobran su belleza natural aisladas por el Covid-19José Antonio Cabrera. ASSOPRESS

 El confinamiento ha privado de transeúntes las Dunas de Maspalomas, lo que ha tenido como consecuencia que deje de tener huellas y recupere un paisaje de ensueño, que no se contemplaba desde hace 50 años, el que muestra sus infinitas ondulaciones en el sur de Gran Canaria.

El coronavirus y el estado de alarma, con duras consecuencias para la población, pero necesario para preservar su salud, está facilitando sin embargo la recuperación de procesos ecológicos esenciales de diversidad de entornos, no solo en la hermosa floración de la cumbre o la sosegada reproducción de las aves, resalta Miguel Ángel Peña, director técnico del proyecto "Masdunas", también ha favorecido que este ambicioso trabajo ofrezca resultados positivos a mayor velocidad de la esperada.

Tanto es así, explica, que más de la mitad de la arena que se trasladó desde la punta de La Bajeta a Playa de El Inglés –un proceso que se realiza para que esa arena no caiga en el fondo del mar y se pierda, sino que tenga un segundo ciclo en el circuito dunar situándola en la “casilla” de salida-, ya se ha incorporado al sistema y ha empezado a conformar dunas costeras merced a los captadores de arena allí instalados.

Y es que el proyecto incluyó la repoblación de la zona con plantas de balancones, ya que atrapa la arena y se convierten finalmente en el germen de nuevas dunas. “Es bien conocido que estas plantas juegan un notable papel en la estructuración de la arena en forma de dunas, pues logran que se incorporen al ecosistema”, agrega.

Peña mostró su satisfacción porque tras seis semanas, muestran también un “espléndido aspecto”, perfectamente enraizadas y con una viabilidad superior al 50 por ciento de los ejemplares, pese a las duras condiciones de suelo y pluviometría en que se desarrollan.

Y no solo eso, los 40.000 metros cúbicos que se extrajeron de la punta de La Bajeta, durante la segunda y tercera fase del movimiento de arena, ya han sido repuestos por la naturaleza a través de la dinámica marina.

En cuanto a La Charca de Maspalomas, Peña, que también es un avezado fotógrafo que ha dedicado cientos de horas para captar los más espectaculares momentos de las aves de esta reserva, afirmó que la zona mantiene la misma vida animal de siempre, si bien es más que probable que con la inminente migración de aves y la tranquilidad que ha ganado el lugar, muchas permanezcan durante más tiempo para alimentarse y descansar en su viaje desde sus cuarteles de invierno en Europa hasta África.

Especies como el chorlitejo patinegro, a punto de desaparecer de Gran Canaria, verá facilitada su reproducción con la tranquilidad que proporciona la ausencia de transeúntes, celebró.

Es por lo tanto “ejemplarizante cómo la naturaleza es capaz de regenerarse cuando le damos un breve respiro, aunque sea durante unas pocas semanas. Y es que tras 20 millones de años que tienen las Islas, seis semanas es sólo un breve receso” que, sin embargo, está siendo bien aprovechado por los procesos naturales, lo que hace inevitable pensar en el paisaje que probablemente inspiró la archiconocida canción “Maspalomas y tú” y en el privilegio de recuperarlo medio siglo después, de la última vez que presentó este aspecto de película.

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